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Quedan solo tres días para alcanzar un acuerdo mundial contra la contaminación plástica. Desde la semana pasada, los 184 países reunidos en Ginebra no han logrado ponerse de acuerdo. La mayoría de los Estados presionan para que se apruebe un texto ambicioso que regule los plásticos desde su producción. Los países petroleros quieren limitar el tratado únicamente a la gestión de residuos. Pero los científicos son unánimes: el reciclaje por sí solo no bastará para acabar con la contaminación plástica.
Por Stefanie Schüler
Menos del 10 % de los plásticos del mundo se reciclan actualmente. Reciclar significa que los plásticos usados se recogen, se clasifican, se limpian y luego se transforman en gránulos que, a su vez, se utilizan para fabricar nuevos productos de plástico.
El plástico no es reciclable infinitamente
Pero aquí está el problema: a diferencia del vidrio, que es reciclable infinitamente, el plástico se degrada durante el reciclaje. Con el plástico reciclado solo se pueden fabricar productos de menor calidad; es lo que se conoce como “desreciclaje”. Y después de dos o tres reciclajes, el plástico ya no es reutilizable. La segunda razón es que no existe un solo plástico, sino miles de composiciones diferentes. Y esto plantea un problema a la hora de reciclar. “Es extremadamente difícil volver a un producto que se pueda incorporar en todas partes”, explica Fabienne Lagarde, profesora e investigadora de la Universidad de Le Mans. “Estos plásticos contienen, por ejemplo, una gran cantidad de aditivos. Pero estos plásticos, que contienen muchos aditivos, no pueden reutilizarse, por ejemplo, en el ámbito médico, que requiere plásticos cuya composición se controle muy bien. Lo mismo ocurre con los envases alimentarios”.




El reciclaje es más caro que la fabricación de plásticos vírgenes
Además, el proceso de reciclaje es más caro que la fabricación de plásticos nuevos. Como consecuencia, los plásticos reciclados no sustituyen a los plásticos nuevos. Al contrario: se suman a ellos. “Si observamos las curvas de producción de materiales vírgenes y reciclados, vemos que ambas aumentan”, constata Flore Berlingen, ex directora de la ONG Zero Waste France y autora del libro Recyclage : le grand enfumage (Reciclaje: el gran engaño). La especialista recuerda que la contaminación por plásticos no se limita a los residuos visibles, como las botellas de plástico que encontramos en nuestras playas. “En cuanto al problema de los microplásticos y la toxicidad de los componentes del plástico, el reciclaje no sirve de nada”, insiste.
El reciclaje es ineficaz contra la contaminación por micro y nanoplásticos
De hecho, estas partículas microscópicas de plástico ya están en todas partes: en el agua, en el suelo, en el aire e incluso en nuestro cerebro. Por eso Fabienne Lagarde insiste en que el reciclaje “nunca será la única solución”, aunque “para los plásticos que seguirán siendo esenciales, es importante poder reciclarlos y que, además, estén diseñados para ser reciclables”.
Los científicos de todo el mundo son categóricos: para poner fin de manera eficaz a esta crisis mundial, no hay otra opción que reducir la producción de plásticos y limitar drásticamente su uso.
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