La protagonista de ese primer y único amor del papa fue Amalia Damonte, una vecina con quien compartió juegos, sueños y una breve pero significativa historia sentimental en su infancia. Tenía apenas 12 años cuando el fallecido Francisco se enamoró de Amalia. En aquel entonces, ser sacerdote no pasaba por su mente.
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¿Cuál fue el primer amor del papa Francisco?
Todo indicaba que su vida tomaría otro rumbo, uno en el que los votos religiosos no serían parte del plan. La misma Amalia recordó años después, en entrevistas a medios de comunicación, cómo fue esa etapa: “Era grande, maduro, una maravilla de muchacho. Jugábamos en las aceras, bailábamos en los parques… Éramos muy humildes, amábamos a los pobres. En eso éramos almas gemelas”.
Esa conexión fue tan fuerte que Jorge le escribió una carta en la que le pedía matrimonio. En ella incluso le dibujó una casa: blanca, con techo rojo, y le dijo que esa sería su hogar cuando se casaran. Sin embargo, también le advirtió que si su respuesta era negativa, él ingresaría al seminario. Y así ocurrió.
La madre de Amalia descubrió la carta, la reprendió severamente y le prohibió volver a ver a Jorge Mario. Avergonzada y presionada por su entorno, Amalia tuvo que cortar el vínculo. “Le pedí que no me viera más… cosas de chicos”, relató años después.
Fue el fin de esa historia que pudo haber cambiado por completo el destino del futuro papa. A pesar del dolor, el joven Bergoglio decidió tomar el camino de la vocación religiosa. Pocos meses después, ingresó al seminario. Con el tiempo, se convirtió en sacerdote, luego en arzobispo de Buenos Aires, cardenal y finalmente en la cabeza de la iglesia Católica.
Así luce hoy Amalia Damonte, el primero amor del papa
Amalia, por su parte, formó su propia familia y reconstruyó su vida lejos de aquel primer amor. Años más tarde, cuando él ya era pontífice, expresó: “Creo que él es muy sensato. Como yo, es muy humilde. Tal vez en ese sentido podríamos haber sido almas gemelas. El problema hoy es que no hay amor por los pobres; la gente ama la ropa elegante y nada más”.
Por otro lado, el propio Francisco no ha ocultado ese pasado. En su biografía ‘Vida’, publicada en marzo de 2024, reveló detalles de esa etapa. En el libro confiesa que durante una boda familiar quedó deslumbrado por una chica “hermosa e inteligente” y que vivió un “pequeño flechazo” en el seminario, algo que consideró normal: “De lo contrario, no seríamos seres humanos”, escribió.
Pero en ese duelo entre el corazón y la fe, fue Dios quien venció. “Durante una semana tuve su imagen en mi mente y me costaba orar. Luego, por suerte, pasó y me dediqué en cuerpo y alma a mi vocación”, reconoció el sumo pontifice en ese entonces.
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