El ministro del Interior de Francia, Gerald Darmanin, que habló para el canal CNews, dijo que hubo también 903 incendios de mobiliario urbano o de basuras en París durante las protestas.

(Le interesa: París hiede por estos días: unas 7.000 toneladas de basura están regadas en las calles)

Darmanin denunció la “radicalización” de ciertos manifestantes, y arremetió contra la violencia de la “extrema izquierda”, lo que según él requiere un “mensaje colectivo de condena”.

“El país debe despertar y condenar a la extrema izquierda y a los facciosos. Son pocos, pero extremadamente violentos”, insistió el ministro, que dio parte de alrededor de un millar de policías y gendarmes heridos desde el inicio de las protestas contra la reforma de las pensiones, impuesta por decreto.

El ministro afirmó que en las protestas del jueves en París había unos 1.500 “vándalos”, muchos de ellos “gente de buena familia”, según él.

Esta novena jornada de protestas volvió a movilizar a más de un millón de personas contra la decisión de Emmanuel Macron de imponer por decreto el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030.

“La responsabilidad de la situación explosiva no recae sobre las organizaciones sindicales, sino sobre el gobierno”, advirtieron los sindicatos, que convocaron a nuevas movilizaciones el próximo martes.

La nueva jornada coincidirá con una visita del rey Carlos III de Inglaterra a Burdeos (suroeste), donde los disturbios provocaron el jueves por la noche un incendio en la fachada de la alcaldía, según los medios locales.

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Los sindicatos ya habían alertado por carta a Macron de la explosiva situación del país. El líder de la central gremial CGT, Philippe Martinez, acusó el jueves al mandatario de “echar un bidón de gasolina al fuego” con su polémica entrevista de la víspera.

El mandatario dijo en esa ocasión asumir la “impopularidad” de una reforma que quiere en vigor “para finales de año” por el “interés general” y cargó contra sindicatos, oposición y contra los manifestantes más radicales, a los que comparó con “sediciosos”.

Las pancartas contra la reforma de las primeras marchas dieron paso a las críticas contra el presidente. “¿Macron has perdido la cabeza?”, preguntaba un cartel en París, acompañado del dibujo de una guillotina.

El jefe de la central sindical CFDT, Laurent Berger, había pedido “acciones no violentas” para no perder el apoyo de la opinión pública. No obstante, un 70% de los franceses responsabiliza al gobierno de la violencia, según un sondeo realizado este jueves por el instituto Odoxa.

“Manifestar y expresar desacuerdos es un derecho. La violencia y los daños que hemos visto hoy son inaceptables”, tuiteó la primera ministra Élisabeth Borne, quien expresó su “reconocimiento a las fuerzas de seguridad” movilizadas.

Abanico de acciones

El gobierno, inflexible y ansioso por dejar atrás rápidamente el conflicto social, se esfuerza en mantenerse firme ante una oposición (política, sindical y popular) dispuesta a endurecer el pulso. También está bajo presión al adoptar su reforma sin el voto del Parlamento, al temer perder la votación, y en contra de la opinión de todos los sindicatos y de dos de cada tres franceses, según los sondeos.

Las marchas de este jueves se anunciaban cruciales para saber si los sindicatos serían capaces de mantener viva la movilización contra una reforma, que ahora espera el visto bueno final del Consejo Constitucional.

Las centrales son la punta de lanza desde enero de la contestación y el 7 de marzo movilizaron 1,28 millones de personas, según la policía, y 3,5 millones, según la CGT, en las protestas más grandes contra una reforma social en tres décadas.

Este jueves, entre un millón y 3,5 millones, según el ministerio del Interior y la CGT, respectivamente, participaron en las protestas, que registraron un récord en París con entre 119.000 y 800.000 manifestantes, según las mismas fuentes.

Con esta reforma, Macron enfrenta la mayor crisis de su segundo mandato y se juega poder aplicar su programa reformista, después de un primer mandato marcado por las crisis: protesta social de los ‘chalecos amarillos’, pandemia, guerra en Ucrania.

El gobierno espera que la movilización “decaiga” y todo vuelva a la normalidad “el fin de semana”, pero los sindicatos ya llamaron a nuevas marchas de “proximidad” el sábado y el domingo y antes de la movilización del martes.

Las huelgas provocaron también fuertes perturbaciones este jueves en el transporte público de París, la anulación de la mitad de trenes de alta velocidad, el cierre de escuelas, el bloqueo de liceos y universidades y el cierre incluso de la Torre Eiffel.