La oportuna reacción no aplica a todos los países del segundo continente más poblado del mundo, pero sí es un ejemplo evidente en territorios como Ruanda, según la investigación hecha por la BBC.

“Han sido más decisivos y han tomado medidas drásticas desde muy temprano. Ruanda fue uno de los primeros en implementar un confinamiento cuando tenían menos de 20 casos confirmados. Cerraron la puerta; detuvieron los vuelos internacionales”, asegura Anne Soy, subeditora de BBC África.

La restricción de vuelos comerciales, precisa The New Yorker, se dio tan solo 5 días después del primer caso confirmado de COVID-19 en ese país. Dos días después comenzó el estricto confinamiento.

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Al éxito de ese territorio se suma que a finales de abril se habían testeado más de 20.000 personas y se habían hecho encuestas a la población para rastrear el virus.

La rápida respuesta fue replicada por otros países como Etiopía y Uganda.

Esa reacción oportuna es, sin embargo, solo uno de los factores que mencionan los dos medios citados; ambos coinciden en que la experiencia con pandemias como el Ébola es otro de los factores que ha estado a favor del continente africano.

“El ébola era un problema que todavía estaba allí cuando se declaró la pandemia de covid-19. Eso significa que algunos países africanos ya contaban con la infraestructura de detección en los aeropuertos. Ya había funcionarios de salud pública y termómetros sin contacto en los puertos de entrada”, agrega Soy, de BBC, que además resalta que por esa pandemia mucha gente dejó, incluso, de “estrecharse las manos en África occidental y en la República Democrática del Congo”.

Por último, BBC menciona otro tema que Frederique Jacquerioz, experta en salud pública africana del equipo de médicos de medicina tropical y humanitaria del Hospital Universitario de Ginebra, en Suiza, no deja por fuera y se sumaría a las explicaciones de por qué el coronavirus se ha contenido mejor en parte de África: “la baja movilidad existente entre los países del continente y el resto del mundo”.

Al 8 de mayo, África reportaba 55.000 contagios y unas 2.000 muertes asociadas al COVID-19.