Las llamas que se desataron el viernes en el centro de California arrasan otras partes de Estados Unidos un país también afectado por una severa ola de calor, según los bomberos del estado. Un incendio Oak comenzó en el condado Mariposa, a los pies de la cordillera Sierra Nevada.

Esa conflagración ha devorado hasta el momento casi 7.000 hectáreas, arrasó unas diez propiedades y puso en riesgo a otras miles, informaron las autoridades. Un 16 % del siniestro ha sido contenido, según los bomberos de California.

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“Equipos de bomberos trabajan agresivamente utilizando bulldozers, equipos manuales y aviones”, y el lunes se observó solo “un crecimiento mínimo del fuego”, agregaron. En apenas tres días se convirtió en el mayor incendio en lo que va de temporada en California.

“Lo que estamos viendo con este incendio es característico de lo que hemos visto en otros incendios en California durante los últimos dos años”, señaló Jon Heggie, jefe de uno de los batallones de bomberos de California, en entrevista con CNN.

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Jonathan Pierce, portavoz del departamento de bomberos, dijo que la baja humedad y las altas temperaturas avivaban las llamas.

“También tenemos una alta mortalidad de árboles en el condado de Mariposa, muchos árboles muertos en pie, muchos árboles muertos en el suelo. Eso, sumado a la topografía del área, que es empinada en muchos lugares, está llevando a un comportamiento extremo del fuego”, agregó.

La Cruz Roja está llevando comida y atención médica a un refugio instalado en una escuela secundaria local, a donde fueron llevados algunos residentes y sus mascotas. El último parte de las autoridades afirmó que los bomberos continúan trabajando bajo condiciones de intenso calor y sequía, y en un terreno empinado y escarpado, lo que complica la operación.

Los bomberos reportaron que apenas pudieron contener 10% del incendio hasta este lunes, mientras que imágenes de voraces llamas descontroladas circulaban en las redes sociales. “Las llamas alcanzaban unos 30 metros de altura”, dijo David Lee, un residente que fue evacuado y que conversó con el diario local Santa Cruz Sentinel. “Es el incendio más rápido que he visto en mi vida”.

Las autoridades desplegaron 17 helicópteros para combatir las llamas, mientras que, en tierra, el personal evacua además a decenas de comunidades del condado Mariposa, declarado en emergencia por la gobernación de California.

El estado, así como el resto de la costa oeste de Estados Unidos, padece severas sequías desde hace más de una década. La falta de lluvias ha sido acentuada en parte por el cambio climático provocado por la actividad humana y la quema indiscriminada de combustibles fósiles.

Ola de calor producto del cambio climático

La región está viviendo con más frecuencia climas extremos, con temporadas de incendios más largas y voraces, además de la dramática disminución de sus embalses de agua. “Lo que puedo decirles es que esto es el resultado directo del cambio climático“, comentó Heggie. “No puedes tener una sequía de diez años en California y esperar que las cosas continúen igual. Estamos pagando el precio”.

Calificado de “megaincendio”, las llamas del Oak son una de las manifestaciones de una ola de calor que está azotando varias partes de Estados Unidos desde el viernes. El impacto del calentamiento global es visible también en estados centrales del país como Kansas, Oklahoma y Missouri, que registraron temperaturas próximas a los 40ºC.

Los servicios meteorológicos están pronosticando probables nuevos récords de calor en ciudades de la costa del Pacífico estadounidense.

La temporada de fuego comenzó temprano en California con el incendio Washburn, también en las inmediaciones del Parque Nacional Yosemite, que amenazó a las colosales secuoyas de miles de años de edad y que devoró casi 2.000 hectáreas de bosque.

La sequía de años ha contribuido para dejar enormes áreas boscosas resecas, convirtiéndose en tierra fértil para la propagación de las llamas.