Tres de las víctimas eran menores de edad: los hijos de Casco, de 1 y 2 años, y su cuñada, de 16, informó La Nación de Paraguay. El medio agregó que hubo 2 sobrevivientes de ese ataque, entre quienes se encuentra Isabel Caballero, prima de la expareja del policía.

“Este señor constantemente venía amenazando que cometería este hecho”, afirmó el comisario Silvino Cantero, en una entrevista citada por el periódico.

En una rueda de prensa a la que asistió el diario Hoy, la prima que sobrevivió a la masacre relató cómo sucedió todo:

“Entró primero a la habitación de sus suegros y después a la de sus hijos. Uno de sus hijos, un bebé, estaba con nosotros en la pieza. Él quería asesinar solo a sus hijos. Cuando mi hija salió corriendo con el bebé en brazos, vino y le disparó a la criatura en la cabeza. Gracias a Dios, no le disparó también a mi hija”.

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La mujer agregó que Casco parecía drogado en ese momento y que, al momento de dispararles a todos, no dijo ni una sola palabra. Ella también aseguró que mientras mataba a sus familiares, el asesino le transmitió todo a su mamá (que vive en España) mediante videollamada.

Beatriz Romero, madre de los pequeños asesinados, señaló a Última Hora que Casco cambió “rotundamente” desde hace un mes, justo cuando ella también se fue a vivir a España. De acuerdo con su testimonio, el hombre “ya no quería ver a sus hijos, tomaba y no se sentía a gusto en su casa ni en su trabajo”.

Ella también manifestó que el asesino sufría de alucinaciones y amenazaba con hacerse daño él mismo. “Yo creo que tenía una depresión”, concluyó Romero.