Una red de centros de epidemias creada en la década de los 1920 les ha proporcionado a los rusos conocimiento y manejo de cuarentenas, asegura The New York Times.
Tales centros, regados por todo el país –desde el extremo oriental, que casi llega a Japón y Colina con China y Corea del Norte hasta la parte occidental donde se encuentran Moscú y San Petersburgo– fueron creados para responder a casos de peste bubónica que se presentaban ocasionalmente, incluso a principios del siglo pasado, después de que entre 1770 y 1772 la enfermedad matara a unos 20.000 rusos, según cifras de Wikipedia.
Dice The New York Times que el virus aún se encuentra en algunos roedores silvestres y se puede tratar con antibióticos, si se trata a tiempo.
Rusia estableció una agencia estatal especializada, además de los centros epidemiológicos que incluso sobreviven en los países vecinos que anteriormente, antes de 1990 hacían parte de la Unión Soviética.
Dicha agencia tiene siempre listos y actualizados planes y protocolos, así como personal capacitado y entrenado, para hacer frente a estas situaciones.
Según al ‘Times’, puede que este hecho no sea el único, pero da por sentado que sí les ha servido a los rusos para contener la pandemia, que en ese país deja 28.000 infectados y 232 muertos por COVID-19, según cifras de la Universidad de Johns Hopkins.
Cuando en 2013 se presentó un caso de peste bubónica de un adolescente en un pueblo alejado, las autoridades de la agencia encerraron el pueblo de inmediato, sin previo aviso, y así contuvieron una posible propagación.
Tales protocolos se aplicaron ya avanzada la pandemia en Moscú y San Petersburgo, pero no en otras ciudades, como Vorónezh (500 km al sur de Moscú), una ciudad intermedia de 1,1 millones de habitantes donde según le dijo a Pulzo un estudiante colombiano residente allí, “la gente sale a la calle acompañada, como si nada estuviera pasando”.
Eso sí, el colombiano dice que la ciudad, que no ha reportado aún ningún infectado por coronavirus, ya les pidió a los habitantes que se queden en casa y trabajen de manera remota, si sus empresas se lo permiten.
Y en cuanto a los centros para controlar epidemias, que también tienen experiencia en fiebre amarilla, ántrax y cólera, ya se adaptaron para hacer pruebas de coronavirus.
No obstante la aparente buena reacción de las autoridades sanitarias rusas, hay detractores citados por el ‘Times’ que aseguran que los genios médicos de hace 100 años y que fueron clave ya se fueron y los de hoy en día no lo son.
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