“Yo fui la primera esposa de Donald y por eso soy la primera dama”, fue una de las tantas explosivas declaraciones de la primera esposa de Trump (la segunda fue Marla Maples y la tercera, Melania, la actual esposa), destaca The Washington Post.

La razón para la entrevista fue el lanzamiento del libro ‘Raising Trump’ (‘Haciendo grande a Trump’), en la que aprovechó para decir que a ella no le gustaría estar en la Casa Blanca, pues detestaría vivir en Washington, al tiempo que calificó de “pobrecita” a Melania por tenerse que aguantar ser la esposa del presidente.

También se comparó con Melania, a expensas de la primera dama, con estas preguntas: “¿Que si yo podría ponerle orden a la Casa Blanca? Claro que sí. ¿Que si puedo dar un discurso de 45 minutos sin teleprompter? Absolutamente. ¿Que si puedo leer un contrato, negociar, entretener? Por supuesto”, dijo la mujer.

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Por su parte, la oficina de prensa de Melania Trump no se quedó callada y le contestó que lo que buscaba Ivana era atención para vender libros.

La directora de comunicaciones de Melania, Stephanie Grisham, publicó: “La señora Trump ha hecho de la Casa Blanca el hogar para su hijo Barron y el presidente. A ella le encanta vivir en Washington y se siente honrada de ser la primera dama de Estados Unidos. Ella planea usar su título para ayudar a los niños, no para vender libros”, puntualizó.