El ‘Pastor 1’, como se le conoce al avión papal, despegó este viernes de Fiumicino, el principal aeropuerto de Roma y ya está en Irak.

A su llegada, a Francisco lo reciben fuertes medidas de seguridad, pero también un país martirizado y una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo que espera una palabra que la reconforte tras ser minada por los conflictos y las persecuciones.

Durante esta visita de tres días pasará por varias ciudades, pero se encontraría con poca gente en las carreteras, arregladas para esta ocasión, debido a un confinamiento total decretado en el país por la pandemia de COVID-19.

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El líder de los católicos del mundo iniciará su peregrinaje en vehículo blindado. El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden todavía yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

El programa papal es ambicioso e incluye Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Recorrerá 1.445 kilómetros en un país que el miércoles fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.