“Hemos firmado un convenio para producir, en nuestros laboratorios (…), dos millones de vacunas por mes de la vacuna Abdala, ya por allá para el mes de agosto, septiembre, aproximadamente”, dijo Nicolás Maduro en una transmisión a través del canal estatal VTV, donde reafirmó la participación de Venezuela en ensayos para la tercera fase del antígeno, la última antes de su aprobación.

Maduro indicó que “va muy bien la fase 3” de la vacuna desarrollada por científicos de Cuba, un cercano aliado de su gobierno que desde el pasado 29 de marzo comenzó a suministrarla a 124.000 trabajadores de la salud en la isla como parte de sus ensayos.

Los científicos cubanos trabajan en cuatro candidatos a vacunas:

  • Soberana 1 (en fase 2)
  • Soberana 2 (fase 3)
  • Mambisa (en fase 1)
  • Abdala

Un quinto, Soberana +, es una reformulación de Soberana 1, destinado a convalecientes de la enfermedad.

En caso de concluir exitosamente todas las fases de ensayos, la Abdala sería el primer antígeno contra la COVID-19 concebido y desarrollado en América Latina.

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El mandatario de Venezuela indicó además, que su gobierno adelanta la firma de acuerdos para producir vacunas “con Rusia, con China y con otros países”.

El régimen ha aprobado la aplicación de la vacuna rusa Sputnik V y la china Sinopharm, de las que han llegado menos de un millón de dosis al país de 30 millones de habitantes.

El gobierno anunció además que pagó poco más de la mitad del monto requerido para la adquisición de 11,3 millones de dosis de vacunas a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Venezuela se acerca a los 175.000 contagios y 1.778 decesos, registrando desde marzo una segunda ola de COVID-19 más “virulenta” por la propagación de variantes brasileñas más contagiosas y agresivas.

Estos números han sido cuestionados por oenegés como Human Rights Watch que consideran que existe un elevado subregistro.