Macron ofreció el joven roble a Trump en ocasión de su visita de Estado a Washington en 2018, y los dos lo plantaron, muy elegantes, ante la mirada de sus esposas y las cámaras de todo el mundo.
Era un gesto simbólico: el árbol provenía de un bosque del norte de Francia donde 2.000 soldados estadounidenses murieron durante la Primera Guerra Mundial.
Pero pocos días después no había señales del árbol, que había sido puesto en cuarentena.
“Es una cuarentena que es obligatoria para cualquier organismo vivo importado a Estados Unidos”, dijo entonces en Twitter Gerard Araud, el embajador francés en Estados Unidos, añadiendo que la planta sería resembrada en una fecha posterior.
Pero nunca fue resembrada: el árbol murió durante la cuarentena, dijo la fuente diplomática.
Los dos mandatarios se encontraron en la primera semana de junio, y se dieron, de nuevo, un fortísimo apretón de manos que fue más un concurso de fuerza entre machos que uno de fraternidad.
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