La primera vez que la mujer acudió al centro médico fue el pasado 15 de marzo, cuando presentó dificultad para respirar, fiebre y tos, 3 de los síntomas más comunes de COVID-19; sin embargo, ella recibió atención por asma y solo le aplicaron una inyección para el dolor de cabeza, informó The Cut.

Mia Munguin, hermana de la paciente, le contó a esa revista que a Zoe la dieron de alta, pero 5 días después tuvo que llamar a la línea de emergencias porque no podía respirar; en ese momento, una de las personas que la atendió “insinuó que estaba teniendo un ataque de pánico”.

Ese mismo día, la mujer —de 30 años— fue trasladada por segunda vez al hospital, donde un médico aseguró que los pulmones de Zoe estaban limpios y que no le harían una prueba de coronavirus porque no había “suficientes pruebas” de que se hubiera contagiado, indicó el medio.

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De acuerdo con The Cut y ABC News, Mia y personas cercanas a Zoe creen que a ella le negaron las pruebas de COVID-19 por ser negra. “Zoe murió no solo por COVID, sino porque vivimos en un mundo que es racista y antinegros”, escribió en Twitter una amiga de la víctima, citada por el primer medio.

Cabe mencionar que este caso es similar al de un hombre que falleció de coronavirus hace unos días en Detroit (EE. UU.): en 3 hospitales se negaron a hacerle la prueba argumentando que solo tenía bronquitis. Él también era negro, y su familia cree que esa fue la razón por la que lo rechazaron.