Poco a poco se van conociendo testimonios de personas que quedaron atrapadas en medio de la estampida humana que dejó un saldo de 154 muertos y más de 150 heridos en Seúl, Corea del Sur, durante la celebración de Halloween.

De hecho, este martes el primer ministro surcoreano, Han Duk-soo, admitió la ausencia de protocolos en el país asiático para evitar la tragedia, ocurrida cuando unas 100.00 personas conmemoraban la noche de brujas en el barrio Itaewon, en la capital surcoreana.

(Vea también: “Era muy horrible”: colombiana que sobrevivió a tragedia en Corea narró momentos de terror)

Mujer cuenta momentos de pánico durante festejo en Corea del Sur

Una de las pocas versiones que se conocen hasta el momento sobre los momentos de terror que vivieron miles de coreanos y extranjeros es la de la mexicana Juliana Velandia Santaella, quien relató en las últimas lo que vivió en la noche del pasado sábado.

Según le dijo a la agencia Efe, alcanzó a estar al menos media hora completamente “atrapada y sin poder respirar”.

“Estaba totalmente paralizada. No podía mover ni siquiera los dedos de los pies”, contó la joven de 23 años originaria de Mexicali.

Velandia, que de acuerdo con la agencia es estudiante de un programa de intercambio de medicina en la Universidad Católica de Bucheon, a la que llegó el pasado agosto, recordó el momento exacto en el que quedó atrapada.

“Caminamos unos metros, doblamos a la izquierda y en el callejón ocurrió todo. Yo estaba en la parte de arriba de la pendiente. Y todos empezamos a caer hacia abajo. Nos empezaron a empujar, a empujar y no paraban”, relató.

Lee También

Lo más aterrador para ella ocurrió cuando perdió contacto con su amiga, también mexicana, quien producto de la avalancha terminó en otro lugar.

“En un punto nos empezaron a empujar tanto que la perdí de vista. Ya no sabía dónde estaba. Me empezaron a aplastar todo mi tórax y no podía expandir mis pulmones. No podía respirar”, explicó.

Pero allí no quedó todo, pues dio detalles de lo que vivió durante esos minutos de miedo.

“En un punto mis pies ya no estaban tocando el piso, ya había cuerpos debajo de mí. Había un muchacho que estaba inconsciente y me estaba aplastando y mis piernas estaban resultando tan aplastadas que dejé de sentirlas. Yo juré en un momento dado que iba a perder las piernas, que me las iban a romper… Que nunca más las iba a poder mover”, afirmó la mexicana.