“La administración estadounidense es tan responsable como Israel de esta matanza”, escribió Bozdag, refiriéndose a la sangrienta represión de las manifestaciones palestinas contra el traslado de la sede diplomática de Tel Aviv a Jerusalén.

Los miles de manifestantes se reunieron en distintos puntos, y pequeños grupos intentaron acercarse a la frontera estrechamente vigilada por el ejército israelí. Estos pequeños grupos trataron de atacar la barrera fronteriza y lanzaron piedras hacia los soldados, que replicaron con disparos.

Por su parte, los soldados israelíes abrieron fuego cuando los manifestantes se acercaron a la valla fronteriza.

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Esos fallecimientos llevan a 106 el número de palestinos muertos y 1000 heridos en la Franja de Gaza desde el inicio de un movimiento de protesta multitudinario el 30 de marzo. Se trata de la jornada más mortífera del conflicto israelo-palestino desde la guerra de 2014 en el enclave.

Entre tanto, la Autoridad Palestina acusó a Israel de cometer una “horrible masacre” en la frontera de la Franja de Gaza. Yusuf al Mahmud, portavoz de la Autoridad Palestina, pidió “una intervención internacional inmediata para frenar” estos terribles hechos.

Uno de los 52 muertos es un adolescente de 14 años, informó el ministerio de Salud de la Franja de Gaza, el enclave palestino gobernado por el movimiento islamista Hamas.

Entre los presentes también está Muataz al Najjar, de 18 años, que resultó herido cuatro veces en las manifestaciones desde el 30 de marzo: “Volveremos a casa y el traslado de la embajada (estadounidense) (…) no tendrá lugar”.

El domingo y el lunes, el ejército israelí advirtió, con octavillas lanzadas desde el aire, que los manifestantes ponían en peligro su vida y que no permitiría que se acercaran a la valla fronteriza ni atacaran los soldados.