Un porro por una vacuna”: militantes de la legalización de la marihuana causaron sensación el martes en Manhattan al ofrecer un porro a las personas que recibieron al menos la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19.

La idea era celebrar la legalización del cannabis recreativo en el estado de Nueva York a fines de marzo y de apoyar la campaña de vacunación este 20 de abril (“4/20” , cifras que se convirtieron en un código de la marihuana) y día festivo oficioso del cannabis.

“Es la primera vez que podemos sentarnos y distribuir porros legalmente”, explicó Michael O’Malley, uno de los organizadores, al distribuir porros preparados con anticipación por voluntarios.

“Apoyamos el esfuerzo de vacunación del gobierno federal, e intentamos también que legalicen el cannabis a nivel federal”, dijo.

Desde el inicio de la distribución, que se extendió durante unas cinco horas, se formó una cola de 50 personas, jóvenes y no tanto, en la plaza de Union Square, a pasos del Greenwich Village.

La espera fue corta: una decena de minutos al sol, suficiente para mostrar el carné de vacunación en papel o en el teléfono, y de dar la dirección de correo electrónico.

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En la primera media hora se distribuyeron entre 150 y 200 porros, de un total de  1.500 preparados por los voluntarios. 

Diversas marcas estadounidenses, sobre todo en la industria de la alimentación, lanzaron promociones ligadas a la vacuna en las últimas semanas: buñuelos, perros calientes o cervezas son ofrecidos en diversos lugares del país a las personas que prueben haberse vacunado contra la COVID-19.

La marihuana, legal en Nueva York desde el 30 de marzo

Nueva York legalizó la marihuana para uso médico y recreativo, después de años de discusiones en las cámaras legislativas.

Según las autoridades, la regularización de esta droga, que es legal en otros 14 estados y en Washington capital, podría generar 350 millones de dólares en impuestos anuales y crear entre 30.000 y 60.000 puestos de trabajo

Con su legalización, también se quiere dar prioridad a las comunidades marginadas, que son las que más han sufrido la represión policial y judicial contra el uso de este estupefaciente.

“Este es un día histórico en Nueva York, uno en el que se corrigen los errores del pasado al poner fin a las duras sentencias de prisión; en el que se abraza una industria que hará crecer la economía del ‘Empire State’ (Nueva York), y un día que da prioridad a las comunidades marginadas para que las que más han sufrido sean las primeras en cosechar los beneficios”, aseguró entonces el gobernador, Andrew Cuomo.