
Una desafortunada situación se presentó para una familia colombiana durante su intento por disfrutar de unas vacaciones en México. El incidente ocurrió en el Aeropuerto Internacional de Cancún el pasado 15 de enero de 2025, donde, según relata Marcela Toro en sus redes sociales, ella y su grupo familiar compuesto por su esposo, hijos, padre y amigos fueron detenidos y maltratados por autoridades de Migración.
(Vea también: Familia colombiana fue devuelta de Cancún en pleno año nuevo; les hicieron pregunta insólita)
Marcela cuenta que su llegada a Cancún debió ser una experiencia alegre, pero se transformó en una pesadilla apenas intentaron pasar juntos por la ventanilla de Migración. El funcionario en turno les solicitó dividirse en tres grupos, marcando el inicio de una experiencia traumática.
A pesar de presentar todos los documentos requeridos como tiquetes de regreso y reservación de hotel, fueron trasladados a una sala para una segunda entrevista. Esta no era la primera vez que la familia visitaba Cancún, un destino que se había convertido en su favorito a lo largo de los años. Sin embargo, la respuesta que recibieron esa vez fue devastadora.
Marcela relata cómo, después de las entrevistas, les informaron que serían retornados a Colombia. “Nos dijeron que no nos dejarían ingresar y nos iban a retornar a Colombia. Quedamos devastados, porque no podíamos creer que nos estuviera pasando esto”, mencionó.
Durante su estancia en la sala de Migración de México, los funcionarios requisaron los celulares y pasaportes del grupo, limitándoles la comunicación a una llamada de cinco minutos que solo pudo hacer su hermana, gracias a que contaba con ‘roaming’ internacional. En medio de esta angustiante espera, Marcela y su grupo, incluidos niños pequeños y un bebé de un año y medio, sufrieron de hambre.
Qué hizo el consulado colombiano con familia que fue devuelta de Cancún
“Uno como adulto aguanta no comer, pero los niños tenían demasiada hambre”, expuso Marcela, quien destaca la indiferencia de los funcionarios a sus peticiones de alimento. La situación llegó a un punto crítico cuando Marcela vio a sus hijos alimentándose de sobras dejadas por otros detenidos.
Además, la noche en la sala de detención fue especialmente dura: “Nos hicieron dormir en el suelo, en condiciones horrorosas“, describió con emoción visible. Los servicios básicos como mantas, almohadas y productos de higiene eran inexistentes o deficientes.




Eventualmente, y tras la intervención del Consulado colombiano, la familia pudo comunicarse con sus familiares y autoridades. La respuesta y el trato recibidos a partir de este punto permitieron que finalmente se les informara sobre su vuelo de regreso a Colombia esa misma noche.
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