“El martes murieron en Brasil 3.158 personas a consecuencia de la covid. Es el mayor genocidio de nuestra historia”, afirmó Lula, en una entrevista al semanario alemán Der Spiegel, la primera que concede a un medio internacional desde que el Tribunal Supremo anuló la condena por corrupción que pesaba sobre él.

Jair Bolsonaro “no se tomó en serio” la gravedad de la pandemia y “mintió” a sus ciudadanos, prosigue el expresidente, que le responsabilza así de la situación actual.

“Si tuviera algo de grandeza se habría disculpado ante las familias de los más de 300.000 muertos por la covid. Él es el responsable de lo ocurrido”, insiste, para sentenciar que Brasil no debería seguir siendo gobernado por “ese hombre”.

Lula tiene abierta la posibilidad de desafiar a Bolsonaro en las presidenciales previstas para el próximo año, a raíz de la decisión del Supremo anulando su condena, recuerda ese medio.

El propio líder opositor no revela en la entrevista si piensa hacerlo: “No es momento de discutir sobre candidaturas en medio de la pandemia”, dice, tras recordar los 3.158 muertos del martes, para sentencia que los esfuerzos deben concentrarse en “salvar a Brasil” de la covid-19.

Der Spiegel alude asimismo a la decisión del Supremo de Brasil, el pasado martes, según la cual el exjuez Sergio Moro no actuó con “imparcialidad” en uno de los juicios contra Lula.

El expresidente reclama que se imparta ahora justicia contra este y contra los fiscales que intervinieron en su proceso “no pueden salir impunes. Deben perder su empleo”, afirma.

Hubo un pacto entre la justicia y algunos medios para apartar a la presidenta Dilma Rousseff de su cargo e impedir además mi candidatura para las elecciones de 2018”, asegura Lula, quien pasó 18 meses en prisión hasta salir finalmente de la cárcel en noviembre de 2019.

Ese periodo en prisión le impidió presentarse a las elecciones de 2018, que ganó Bolsonaro. Con la decisión ahora del Supremo ha recuperado sus derechos políticos.

Lee También

LA “GRIPECITA” Y OTRAS MENTIRAS DE BOLSONARO

Brasil superó esta semana la máxima de 3.000 muertes diarias por la pandemia, lo que ha acrecentado las presiones sobre Bolsonaro, quien de llamar “gripecita” a la covid ha pasado ahora a busca un “pacto institucional” con el Parlamento y la Corte Suprema.

Lula recuerda en Spiegel cómo Bolsonaro ignoró primero la pandemia, invirtió luego “una fortuna” en un medicamento llamado Hydroxycloroquina en contra de la opinión científica y trató de “homosexuales” a quienes usaban mascarilla.

El líder opositor defiende que son los propios brasileños quienes deben derribar en las urnas a Bolsonaro, rechaza opciones que no pasen por la vía democrática, pero recuerda que al actual presidente de sostienen, afirma, “milicias ultraderechistas”.

EL APOYO DE MERKEL A LULA

Al mismo admite Lula que ha buscado apoyos internacionales, principalmente para la lucha contra pandemia. Así, ha escrito al presidente chino, Xi Junping, y recurrido al ruso, Vladímir Putin, para lograr suministros de las respectivas vacunas, que Bolsonaro ha tratado de difamar a través de las redes sociales con “mentiras e insultos”.

Lula apuesta asimismo por una liberalización de las licencias y patentes, para lograr con ello el acceso global a las vacunas, algo que debe verse como una “decisión humanitaria”, no como una posición socialista.

Lula aprovecha la entrevista a ese medio, el semanario político de referencia en Alemania, para pedir a la canciller Angela Merkel -que tiene un gran respeto internacional- lleve esa cuestión al ámbito internacional, en el formato de una cumbre del G7 o el G20 y asuma como propia esa iniciativa.

Ningún país puede asumir el reto por si solo. Incluso a Alemania y Francia les faltan suministros, es increíble”, argumenta.

Lula lamenta que hasta ninguna líder de relevancia mundial haya asumido ese cometido. El expresidente Donalt Trump “provocó daños enormes”, al declarar a China como su enemigo, y ahora su sucesor, Joe Biden, “llama asesino a Putin”, lo que tampoco ayuda a la resolver diferencias.