Un balance anterior cifraba en 13 el número de muertos y en 353 el de heridos miembros de las fuerzas de seguridad de esta exrepública soviética.

Según la misma fuente, el número de personas detenidas en relación con los disturbios ha ascendido a 2.298, frente a las 2.000 anteriores. Kazajistán, el país más grande de Asia Central, lleva varios días sacudido por un movimiento que comenzó con protestas contra la subida del precio del gas.

En Almaty, la mayor ciudad del país, los manifestantes incendiaron edificios oficiales, entre ellos el ayuntamiento y la residencia presidencial. Las fuerzas de seguridad respondieron disparando munición real. “Decenas” de personas murieron y más de mil resultaron heridas, según las autoridades.

“La situación más difícil se da en Almaty, donde elementos armados han tomado y destruido parcialmente los locales de varias instituciones, organizaciones financieras y cadenas de televisión”, indicó el Ministerio del Interior kazajo, citado por las agencias de noticias. (Vea tambiénPolicía dice haber matado decenas de manifestantes en Kazajistán, vecino y aliado de Rusia).

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Además, se bloquearon carreteras y una línea de ferrocarril en el oeste del país, añadió.

Entre tanto, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, llamó este jueves a todas las partes en conflicto en Kazajistán, sacudido por fuertes disturbios, a “abstenerse de la violencia” y clamó por una “resolución pacífica” de la crisis.

“La gente tiene derecho de manifestarse pacíficamente y expresarse libremente. Por otro lado, los manifestantes, por muy enojados o descontentos que estén, no deben recurrir a la violencia”, dijo Bachelet en un comunicado, en el que pidió la liberación de las personas detenidas “por ejercer su derecho a manifestarse pacíficamente”.

Bachelet indicó que todas las denuncias de violaciones a los derechos humanos deben ser objeto de una investigación rápida, independiente y exhaustiva.