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Continúan los encontronazos de la administración Trump con los tribunales por su política de deportaciones. Un juez federal de Boston ha dictaminado que el Ejecutivo incumplió una de sus decisiones al deportar a varios migrantes sin darles tiempo suficiente para apelar. El problema es que, al parecer, ya se han marchado a un país africano.
Con Guillaume Naudin, corresponsal de RFI en Washington
Son ocho. Proceden de seis países diferentes: Sudán del Sur, Vietnam, Laos, Birmania, México y Cuba. Criminales monstruosos y bárbaros, según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, culpables de agresión sexual, robo y asesinato.
El martes por la noche se les advirtió de que serían deportados a Sudán del Sur. Un país al borde de la guerra civil, según recientes declaraciones de funcionarios de Naciones Unidas. No lo suficientemente pronto, en cualquier caso, para que el juez considere que sus abogados pueden presentar un recurso contra la expulsión. No dio un plazo preciso, pero el juez quiere que permanezcan bajo custodia de las autoridades estadounidenses mientras se respetan sus derechos.
En una nueva audiencia celebrada el miércoles, el juez dictaminó que el gobierno había violado una de sus resoluciones anteriores, al considerar, en particular, que el tiempo que se les había concedido para impugnar su expulsión era “claramente insuficiente”, según los medios de comunicación estadounidenses.
Se cree que el avión está en Yibuti
En rueda de prensa, la portavoz del departamento, Tricia McLaughlin, acusó al juez federal que ordenó la suspensión de las deportaciones de “intentar forzar a Estados Unidos a traer de vuelta a estos monstruos”, insistiendo en que todos habían sido condenados por delitos violentos. “Hay ocho personas en el vuelo. Por razones de seguridad operativa, no podemos decirle el destino final de estos individuos”, dijo Tricia McLaughlin, en respuesta a una pregunta sobre el número de personas deportadas a Sudán del Sur.
Las autoridades estadounidenses explican que efectivamente es así, y que el avión ha aterrizado, pero aún no ha llegado a su destino, que no especifican. El New York Times entiende que el avión, un Gulfstream V, uno de los jets privados más populares, se encuentra actualmente en Yibuti.
No es la primera vez que los tribunales se oponen a las decisiones de la administración en materia de deportaciones, pero la Casa Blanca ha ignorado sistemáticamente sus requerimientos.
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