El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, aseguró hace algunas semanas que la tasa de natalidad en el país tiene un registro histórico muy bajo. Por primera vez, la cantidad de bebés nacidos cayó a los 800.000 el año pasado, mientras que en la década de 1970 esa cifra superaba los dos millones.

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A pesar de que la baja tasa de nacimientos es un fenómeno que se extiende en países desarrollados, la situación de Japón es crítica ya que hay un número creciente de personas mayores y hay pocos trabajadores para mantenerlos. Incluso, según el Banco Mundial, esta es la nación con la población más anciana del mundo.

“Enfocar la atención en las políticas relacionadas con los niños y la crianza es un tema que no puede esperar ni posponerse”, dijo Kishida a Portafolio.

Por esto, el mandatario anunció que duplicará el gasto público del gobierno y lo destinará a programas que promuevan la natalidad a través del apoyo a la crianza de los niños. Es decir, que el desembolso aumentaría aproximadamente un 4 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Sin embargo, expertos indicaron que en el país ya se ha intentado implementar estrategias similares sin conseguir resultado y que las razones por las que las parejas no tienen hijos tienen que ver con condiciones laborales y la falta de apoyo económico.

“En Japón hay una cultura laboral punitiva que exige largas horas de trabajo, alto nivel de compromiso y alto desempeño de los empleados. Queda claro que el apoyo monetario a las familias solo puede abordar parcialmente las razones detrás de la muy baja fertilidad en el país”, explicó Tomas Sobotka, subdirector del Instituto de Demografía de Viena, al medio.

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De igual forma, Giovanni Peri, fundador y director del Centro de Migración Global en la Universidad de California, aseguró que la inmigración sería una buena alternativa para enfrentar la problemática.

“Una mayor cantidad de inmigrantes sería una forma efectiva de contrarrestar la disminución de la población y la mano de obra. [Pero] no veo gobiernos dispuestos a aceptar una gran afluencia de inmigrantes necesarios para permitir que la población crezca en Japón”, manifestó Peri en el diario.

Por último, la analista Poh Lin Tan, de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur, afirmó que las medidas financieras no son suficientes y que las acciones se deben enfocar en ayudar a los padres que quieren tener al menos un hijo para que tengan dos, en vez de persuadir con dinero a aquellos que no lo desean.