Una iglesia Bélgica ha decidido desafiar al Vaticano y convertirse en la primera del mundo en bendecir a parejas del mismo sexo.

Según los obispos en los templos puede celebrarse un “momento de oración” para que dos personas homosexuales expresen su compromiso ante Dios. Aunque la bendición es un matrimonio válido, no queda consagrado como un sacramento.

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Este acto es un salto gigante en la lucha por la igualdad en la iglesia católica. “Dios y Padre, rodeamos hoy a N. y N. con nuestra oración. Conoces sus corazones y el camino que tomarán juntos a partir de ahora. Haz que su compromiso con el otro sea fuerte y fiel. Que su hogar se llene de comprensión, tolerancia y cuidado. Que haya espacio para la reconciliación y la paz. Que el amor que comparten les deleite y hacerlas útiles para nuestra comunidad”, esta seria la oración con la que imparten la bendición.

Los obispos afirmaron “La Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo”, indicando que esta oración es una forma de estar cerca de los homosexuales, convirtiéndose en una iglesia acogedora que no excluye a nadie.

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Este acto supone un gran desafío ante la normativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien en mayo del año pasado prohibió tajantemente a los sacerdotes católicos bendecir a parejas del mismo sexo, un documento que fue polémico y no contó con la aprobación del Papa.

“Algunos homosexuales eligen vivir en pareja, en una relación duradera y fiel. Merecen igualmente nuestro reconocimiento y apoyo. Aunque no puede ser un matrimonio religioso, este tipo de religión puede ser fuente de paz y felicidad compartida”, señalan los obispos, aceptando implícitamente que, aunque no canónicamente, ese acto sí es un matrimonio válido.

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Esta postura es muy similar a la que sostiene el Papa Francisco quien ha pedido una orientación pastoral respetuosa para que las personas homosexuales “puedan disfrutar del apoyo necesario para comprender y cumplir plenamente la voluntad de Dios en sus vidas”.