“Un hombre secuestró un autobús con una veintena de rehenes en el centro de Lutsk. Tiene explosivos y armas”, sostuvo el departamento de policía de la región en la red social.

La policía nacional ucraniana indicó por su parte en un comunicado que “hubo dos disparos en dirección de las fuerzas del orden” y que “el atacante lanzó una granada desde el autobús que por suerte no estalló”.

El hombre también dice haber escondido “en otro lugar un artefacto explosivo que podría activarse a distancia”, según la fiscalía general ucraniana.

El centro de Lutsk, ciudad de unos 200.000 habitantes a 400 kilómetros al oeste de Kiev, quedó cerrado a la circulación, según el ministerio del Interior.

Las imágenes difundidas por los medios locales mostraron un minibús detenido con dos cristales rotos y las cortinillas cerradas.

Varios policías armados fueron desplegados al lugar, así como un vehículo blindado.

El hombre llamó a la policía y se presentó con el nombre de Maxime Plojói, dijo en Facebook el vice ministro del interior Antón Gerashchenko, sin precisar cuales son sus reivindicaciones o sus motivaciones.

Más tarde Gerashchenko dijo que el sospechoso se llamaba Maxime Krivoch, un ucraniano de 44 años, condenado dos veces por “fraude” y tenencia ilegal de armas, entre otros.

Según el viceministro pasó diez años en prisión en Ucrania.

“Estamos negociando”, dijo Gerashchenko a la AFP y habló del “estado mental complejo” del hombre.

Ucrania, una exrepública soviética, se enfrenta a la proliferación de armas ilegales, un problema exacerbado desde que en 2014 empezó una guerra contra los separatistas prorrusos en el este de su territorio