Gustavo Petro volverá a viajar hacia Venezuela para tener una nueva reunión con el presidente Nicolás Maduro para tratar nuevos temas de las relaciones que se están restableciendo.

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En estas reuniones se están trabajando temas importantes de los vínculos diplomáticos, que se habían roto bajo el gobierno de Iván Duque, y comerciales que son importantes para los ciudadanos que viven en la frontera entre las dos naciones.

La última vez que se encontraron fue el pasado 16 de febrero en el Puente Internacional de Tienditas cuando firmaron un acuerdo comercial importante para los dos países, ya que luego del cierre de la frontera, se perdieron por lo menos 1.500 trabajos directos para personas en temas de ventas y transportes.

Esta nueva reunión tendría un significado simbólico en el que se tratará, principalmente, el tema de la relación bilateral, cómo fortalecerla y cuidarla para que no se vuelva a romper en el futuro. 

Ese sería el principal mensaje que estaría compartiendo el presidente de Colombia, mostrar que se pueden compartir ideas y que la unión de ambos países puede ser una fortaleza para la región en temas sociales y económicos.

“La globalización antes que nada es comercio y unidad entre vecinos”, dijo a Gustavo Petro en la última reunión.

Esto teniendo en cuenta que la relación entre Colombia y Venezuela ha pasado por momentos de tensión que ha generado incluso rupturas históricas en pactos del pasado.

Gustavo Petro y Nicolás Maduro se reunirán para fortalecer la relación bilateral

Ante la necesidad de ambos países de tener una relación estable para poder ser unas potencias en la región, Gustavo Petro y Nicolás Maduro tienen que seguir dialogando para encontrar puntos clave que les permita seguir fortaleciendo la relación en todos sus ámbitos. 

Maduro sabe que es el momento de recuperar una buena imagen ante los organismos internacionales, mientras que Petro tiene presente que puede ser un buen mediador para esa tarea, demostrando que también es un buen líder no solo interno sino con otros países.

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En la primera reunión que tuvieron en Caracas, el líder chavista propuso una reconciliación con el sistema interamericano de derechos humanos. El presidente colombiano, por su parte, reconoció que “separar las dos naciones es un suicidio” y prometió trabajar para reconstruir la frontera y las relaciones que había, por ejemplo, a nivel de inteligencia para golpear a los dueños del dinero del narcotráfico que operan en la frontera y que están afectando directamente a comerciantes formales de esa zona.

Lo anterior se refleja con los pobres resultados comerciales mostrados luego de cumplirse un mes de la apertura de la frontera, donde se muestra que las trochas utilizadas para el contrabando siguen muy activas en contraposición con los pasos regulares, lo que contraria los objetivos de reactivación económica fronteriza que se habían trazado las autoridades colombianas y venezolanas. 

Restablecer las relaciones diplomáticas y comerciales significa un gana y gana para los dos países, ya que generan empleos que se han perdido desde que comenzaron los momentos de tensión y se vuelven aliados para encontrar puntos comunes que fortalezca la economía en esas regiones.