Esa cantidad se suma a otros 5.000 dólares que ya estaban en oferta para encontrar a las dos mujeres, cuya desaparición desde el 30 de mayo de 2016 sigue siendo un misterio.

Moreno, de 41 años, y su hija, de 8, fueron vistas por última vez ese día con el padre de la menor, Gustavo Castaño, quien, de acuerdo al FBI, es considerado “persona de interés” en este caso.

Según Castaño, discutió con Liliana y la dejó junto a su hija en una tienda cercana de la autopista Turnpike en Doral (Miami-Dade), pero la Policía no halló rastro de ellas.

Las cámaras de seguridad registraron el paso del vehículo de Castaño con las desaparecidas y una hora más tarde su retorno sin ellas.

La familia de Moreno hizo declaraciones desde Colombia al canal Telemundo para expresar su angustia y desesperación por no saber nada de ellas desde hace tanto tiempo.

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Álvaro Zabaleta, vocero de la Policía de Miami Dade, dijo que los detectives no se han “olvidado” de Liliana y Daniela y han “seguido todas las pistas que han entrado” desde su desaparición, aunque no han obtenido resultados.

Eduardo Moreno, hermano de Liliana, arremetió contra Castaño por continuar “haciendo su vida” sin importar qué pasó con las dos desaparecidas y por no “dar la cara”.

“Él puede saber mucho más de lo que pasó”, dijo a Telemundo, mientras Yamilet Moreno, otra hermana de la desaparecida, afirmó que llevan cinco años “esperando respuestas” y ha sido “un dolor muy grande” para la familia.

Según el canal América Tevé, durante la investigación Castaño presuntamente intentó suicidarse y en un incidente con la Policía perdió un ojo al recibir un disparo de una pistola taser.

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