RFI (Radio France Internationale) - radio francesa de actualidad, difundida a escala mundial en francés y en 15 idiomas más*, mediante 156 repetidores de FM en ondas medias y cortas en una treintena de satélites a destino de los cinco continentes, en Internet y en aplicaciones conectadas, que cuenta con más de 2.000 radios asociadas que emiten sus progra...
Texto de Aabla Jounaïdi
Ahora son los estudiantes quienes se unen a la protesta. Tras varios días de manifestaciones contra el encarecimiento de la vida, diversos campus, entre ellos el de Amir Kabir y la Universidad de Ciencias y Tecnologías de Teherán, se han levantado, según informan los medios estatales. Estas protestas, iniciadas por comerciantes —especialmente del Gran Bazar de Teherán—, tienen como objetivo denunciar el colapso de la economía iraní.
Varias fuentes informan de detenciones este martes 30 de diciembre en el marco de estas concentraciones. Muchos evocan el recuerdo de las multitudinarias manifestaciones que estallaron hace dos años tras la muerte de la joven Mahsa Amini. Algunos vídeos difundidos en redes sociales muestran a jóvenes exigiendo el fin de la represión o la caída de la República Islámica.
Manifestaciones en orden disperso
Sin embargo, según el historiador Jonathan Piron, es demasiado pronto para determinar la naturaleza política de estas protestas que, por el momento, se desarrollan de forma dispersa. «Nos encontramos más bien ante una repetición de ciclos que ya son habituales en Irán. Se observa un aumento de la contestación que, en este caso, parte del Bazar y luego alcanza a otros sectores. No obstante, aún no representa una alternativa política, ya que no existe una plataforma común», describe.
El especialista en Irán recomienda prudencia al analizar el movimiento. «Especialmente porque no podemos viajar a Irán; observamos el país a través del ojo de la cerradura. Además, hay que ser conscientes de que existe una instrumentalización política del momento desde el exterior, por parte de movimientos de la diáspora que ven en ello un interés», prosigue Piron.
Las autoridades parecen buscar la respuesta adecuada a estas protestas. El presidente Masoud Pezeshkian afirmó estar atento a las «reivindicaciones legítimas» y se reunió el martes con líderes sindicales. Pero el poder, incluido el de reprimir a los manifestantes, no está en manos del presidente reformista, sino en las de la Guardia Revolucionaria.
Leer tambiénIrán: Presidente pide oír las demandas de los manifestantes mientras los estudiantes se unen a las protestas
El efecto de las sanciones estadounidenses
Todos estos actores deben resolver una ecuación compleja. «El núcleo del problema son las sanciones estadounidenses, que se suman al despilfarro interno y a la corrupción. Hay que hacer entender a todas las facciones del gobierno —y el presidente Pezeshkian se está dedicando a ello— que es necesario empujar a Estados Unidos a la negociación. El presidente Trump no parece estar por la labor por el momento», analiza Bernard Hourcade, geógrafo y director de investigación en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS).
Mientras tanto, el régimen parece intentar congelar la situación. Las autoridades han decretado para la jornada del miércoles 31 de diciembre el cierre de escuelas, bancos y establecimientos públicos de la capital. Una decisión tomada, oficialmente, debido al frío.
* Pulzo.com se escribe con Z