May 4, 2025 - 10:09 am

La visa K-1 es un documento poco conocido que permite a parejas de ciudadanos estadounidenses ingresar a ese país con el propósito de casarse dentro de los 90 días posteriores a su llegada.

Esta visa es solicitada por el ciudadano estadounidense mediante el formulario I-129F, que debe enviarse al Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), acompañado de una tarifa de USD 675 y pruebas que acrediten la relación, como fotografías, publicaciones en redes sociales y registros de llamadas.

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Un requisito clave es que la pareja se haya conocido en persona en los dos años previos a la solicitud.

Tras ser procesada, la petición se envía al consulado correspondiente para una entrevista con el solicitante. La visa K-1 permite una única entrada al país y tiene una validez de seis meses.

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El trámite suele durar aproximadamente ocho meses. Una vez en EE. UU., el beneficiario debe casarse en un plazo de 90 días y luego solicitar el ajuste de estatus para obtener la residencia permanente.

En 2016, se emitieron alrededor de 37,000 visas K-1, y en el 2017, cerca de 35,000. Esta visa representa una vía legal y directa para la reunificación de parejas binacionales con intención de matrimonio en territorio estadounidense.

Por qué Estados Unidos pide visa a los extranjeros

Estados Unidos exige visa a los extranjeros como una forma de regular y controlar quién entra al país, protegiendo su seguridad nacional, economía y sistema migratorio. La visa funciona como una autorización previa que permite a una persona extranjera ingresar temporal o permanentemente al país, dependiendo del tipo de visa que se solicite. Este sistema permite a las autoridades estadounidenses filtrar a quienes desean entrar, evaluando aspectos como los antecedentes penales, la salud, la situación económica y el propósito del viaje. Es una herramienta esencial para evitar el ingreso de personas que puedan representar un riesgo para la seguridad pública o que tengan intenciones de permanecer ilegalmente.

Uno de los principales motivos por los cuales Estados Unidos exige visas es la seguridad nacional. Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, el país reforzó drásticamente sus políticas migratorias. El proceso de solicitud de visa incluye entrevistas en consulados, verificación de antecedentes y, en algunos casos, toma de huellas digitales. Todo esto está diseñado para identificar posibles amenazas antes de que entren al territorio estadounidense. De esta manera, el gobierno puede prevenir el ingreso de personas vinculadas a actividades delictivas, terrorismo o tráfico ilegal.

Además, el control de visas permite proteger el mercado laboral estadounidense. Las autoridades migratorias buscan asegurar que quienes ingresen al país no lo hagan con la intención de trabajar ilegalmente, desplazando a trabajadores locales o afectando las condiciones laborales. Por eso, hay visas específicas para quienes desean trabajar en EE. UU., como las visas H-1B o L-1, y cada una tiene requisitos estrictos. Quienes ingresan con visa de turista, por ejemplo, no pueden trabajar legalmente. Esto ayuda a mantener un equilibrio económico y a proteger los derechos de los trabajadores.

Otro objetivo del sistema de visado es garantizar que los viajeros cumplan con las leyes migratorias del país. La visa temporal, como la de turista o estudiante, establece un período definido de permanencia. Al controlar este proceso desde antes del ingreso, el gobierno puede reducir el número de personas que se quedan más allá del tiempo permitido, lo que contribuye a una migración más ordenada y legal.

En resumen, Estados Unidos exige visas a los extranjeros para salvaguardar su seguridad, proteger su economía y asegurar el cumplimiento de sus leyes migratorias. Es un mecanismo que permite ejercer control y responsabilidad sobre quienes ingresan a su territorio, promoviendo un entorno más seguro y estable para todos.

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