
Ante la creciente incertidumbre política y económica tanto en Colombia como en EE. UU., muchos colombianos buscan alternativas legales para establecerse en el extranjero.
El programa EB-5, que permite obtener la residencia permanente en EE. UU. mediante inversiones, se ha posicionado como una de las opciones más atractivas.
(Vea también: Estados Unidos emociona a miles con una nueva visa: documento solo vale $ 63.000).
Esta visa requiere una inversión entre 800.000 y 1.050.000 dólares en proyectos que generen al menos diez empleos.
La iniciativa ha cobrado aún más relevancia con la posible creación de una nueva visa “Gold Card” propuesta por el presidente Trump, que implicaría mayores costos.




Proyectos inmobiliarios como Nexo Residences en zonas emergentes de Miami ofrecen oportunidades accesibles y con beneficios migratorios para inversionistas colombianos.
Además de permitir la legalización, estas inversiones protegen el patrimonio familiar gracias a la estabilidad del mercado estadounidense.
El proceso puede iniciarse desde Colombia o directamente en EE. UU., si el inversionista ya cuenta con una visa vigente.
En menos de un año, los solicitantes pueden obtener permisos de trabajo y viajes, mientras que la residencia permanente se consolida en aproximadamente dos años.
Con más de 5.500 colombianos comprando vivienda en EE. UU. solo en 2021, el programa EB-5 se presenta como una vía efectiva para migrar e invertir estratégicamente.
Por qué Estados Unidos pide visa a los extranjeros
Estados Unidos exige visas a visitantes extranjeros como parte de su política de control migratorio, seguridad nacional y regulación de flujos turísticos y laborales. Esta exigencia responde a una combinación de factores históricos, políticos, económicos y de seguridad, diseñados para proteger los intereses del país y garantizar que quienes ingresan lo hagan de manera legal, temporal y con fines legítimos.
Uno de los motivos principales es la seguridad nacional. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos fortaleció significativamente sus medidas de control migratorio. La visa permite al gobierno verificar antecedentes penales, vínculos con terrorismo, salud pública y otros factores de riesgo antes de que una persona llegue al país. Esto ayuda a prevenir la entrada de individuos que puedan representar una amenaza.
Otro motivo clave es el control migratorio. Al exigir visas, el gobierno puede regular quién entra, por cuánto tiempo y con qué propósito (turismo, negocios, estudio, trabajo, etc.). Esto reduce el riesgo de inmigración ilegal, ya que permite monitorear mejor a los visitantes temporales y asegurarse de que cumplan con las condiciones de su estadía. Además, ayuda a prevenir que personas entren como turistas y se queden ilegalmente.
La política de visas también se basa en consideraciones diplomáticas y recíprocas. Estados Unidos mantiene acuerdos de exención de visa con ciertos países cuyos ciudadanos son considerados de bajo riesgo. Esta exención suele ser recíproca: si un país permite el ingreso de estadounidenses sin visa, EE.UU. puede ofrecer lo mismo. Sin embargo, cuando no hay reciprocidad o existen riesgos, se exige visa.
Para qué se usa dinero de las visas
Desde una perspectiva económica y administrativa, las visas permiten al gobierno manejar mejor los recursos disponibles, evaluar la capacidad de los visitantes para mantenerse económicamente durante su estadía y evitar que se conviertan en una carga para el sistema social.
En resumen, Estados Unidos exige visas a visitantes extranjeros para proteger su seguridad, controlar la inmigración, manejar relaciones diplomáticas y regular su economía interna. Si bien puede ser un proceso complejo para los solicitantes, forma parte de un sistema diseñado para equilibrar el acceso internacional con la protección del territorio nacional.
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