La Casa Blanca dijo que Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe a los estadounidenses comprar obligaciones de deuda de Venezuela, instrumentos que según funcionarios habían sido utilizados por Caracas para obtener ingresos ante la necesidad de liquidez.

Más temprano, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, había dicho que el gobierno de su país no se quedaría “de brazos cruzados mientras Venezuela se desmorona y la miseria de su valiente pueblo continúa”.

“La elección de Venezuela fue una farsa, ni libre ni justa. El resultado ilegítimo de este proceso falso es un golpe más a la orgullosa tradición democrática de Venezuela”, apuntó en un comunicado.

Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, también condenó las elecciones “fraudulentas” del domingo, boicoteadas por la oposición y no reconocidas por 14 países americanos, y anunció nuevas medidas punitivas contra Caracas.

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“Estados Unidos está del lado de las naciones democráticas en respaldo del pueblo venezolano y tomará rápidas medidas económicas y diplomáticas para apoyar la restauración de su democracia”, dijo Pompeo.

El jefe de la diplomacia estadounidense consideró “esta llamada ‘elección'” como “un ataque al orden constitucional y una afrenta a la tradición democrática de Venezuela”.

“Hasta que el régimen de Maduro no restablezca la senda democrática en Venezuela a través de elecciones libres, justas y transparentes, el gobierno enfrentará al aislamiento de la comunidad internacional”, agregó.