El extenso informe da cuenta, en casi 900 páginas, de los pormenores que arrojó la investigación que duró casi 2 años sobre los abusos que se cometieron en varias diósesis de la Iglesia católica de Pensilvania, y que habrían iniciado al menos hace 70 años.

Uno de los casos que recoge el ‘Times’, tal vez el más escabroso de todos, menciona el de una menor que quedó embarazada de un sacerdote, que luego hizo las labores necesarias para que la niña abortara. Otro cura escribió una carta al conocerse el caso. La misiva decía:

“Este es un momento muy difícil en tu vida y me doy cuenta de lo mal que te sientes. Yo también comparto tu pesar”.

Las palabras, sin embargo, no son sino la imagen del descaro, porque no iban dirigidas a la menor violada, sino al cura violador. Pero eso es apenas una mínima parte de todo lo que se reveló sobre la conducta de los depredadores sexuales.

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Otro sacerdote, por ejemplo, después de muchos años de ser denunciado por varios abusos, decidió renunciar. Sin embargo, sin mucho problema pidió y recibió una carta de recomendación para su nuevo trabajo: en el parque Disney World.

El reporte también recoge el caso de un religioso que solía llevar a grupos de niños a paseos, y a sus favoritos les daba regalos: unos crucifijos de oro que, además de servir para engañar a las víctimas, tenían otra función:

“Eran una señal para los demás depredadores de que los niños ya estaban insensibilizados al abuso y podían ser blanco de más victimización”, cita el ‘Times’

Otro cura reconoció haber abusado de 2 niños varones, pero negó las acusaciones de 2 niñas. “No tienen pene”, fue su justificación. Otro religioso, cuando le preguntaron si había abusado de algunos de sus creyentes, dijo que, con su historial, “todo es posible”.

Los funcionarios clericales al mando de los curas abusadores nunca tomaron las respectivas medidas de castigo. En cambio, se dedicaron a ocultar los casos. Por eso, el documento incluye una frase que tiene más vigencia que nunca: “Hasta que eso cambie, creemos que es demasiado pronto para cerrar el libro sobre el escándalo de abuso sexual de la Iglesia católica”.