Hay varios rasgos de la personalidad de Carlos III que se han ido conociendo desde que tuvo que asumir sus funciones como rey de Inglaterra. Uno de los más notables ha sido el de su fuerte carácter, cuando se trata de seguir el protocolo,  pero también el de su timidez.

Es común ver al monarca interactuando con la comunidad intentando ser amable, pero en muchas ocasiones ha demostrado que no es algo que se le facilite mucho, pues es una persona más bien introvertida.

(Vea también: Primer retrato del rey Carlos III antes de su coronación, con un accesorio latino)

Sin embargo, detrás de este rasgo, hay algo más profundo que ha sido revelado por su primo, el príncipe y periodista Eduardo von Anhalt-Dessau, en la revista alemana Stern.

De acuerdo con Anhalt-Dessau, el ahora monarca del Reino Unido desde muy joven tuvo un miedo radical al contacto, desde lo más simple, como que le tomen del brazo o le toquen el hombro, hasta la cercanía con alguien.

De hecho, esto va muy de la mano a la complicada relación que Carlos III tuvo con la princesa Diana, a quienes siempre se les veía distantes.

Lee También

De dónde provenía el trauma del rey Carlos III

Tal como ha contado incluso él mismo, durante su infancia las relaciones afectivas con su familia no eran las mejores, ya que su madre era bastante distante y su padre nunca daba muestras de afecto.

Asimismo, Lady Di, en su momento declaró que Carlos creció entre nanas, por lo que nunca supo lo que era recibir cariño de sus padres y eso lo hacía ser una persona “fría”.

“Carlos tuvo un gran trauma que Camila resolvió. Solía perder el control cuando alguien lo tocaba espontáneamente, le ponía la mano en el brazo o incluso en el hombro”, fueron las palabras del príncipe Eduardo, quien agregó que más allá del contacto con sus padres la verdadera razón de su problema es mucho más cruda.

(Vea también: ‘Hobby’ que tuvo que abandonar Camilla Parker, esposa del Rey Carlos III, por “vieja”)

Según Anhalt-Dessau, su primo vivió su adolescencia en uno de los peores lugares al que lo podían haber enviado siendo un joven tan sensible y de físico frágil, pues en el internado Gordonstoun, donde pasó varios años, sufrió de un ‘bullying’ que le dejó secuelas, según recogió La Vanguardia.

Por muchos años, Carlos III no permitía que nadie lo tocara por miedo, pero según las declaraciones del príncipe, Camila Parker, la ahora reina consorte, desde siempre lo entendió, con paciencia y con amor lo ayudó y ahora su trauma parece haber sanado.

“Ahora está muy relajado, incluso cuando está rodeado de gente y ésta le toca. Ese es claramente el mérito de Camila”, mencionó.