“No hay garantía de que el Departamento de Estado pueda continuar ayudando a las repatriaciones” en “unas pocas semanas”, dijo Brownlee en una conferencia de prensa telefónica, y agregó que pronto podría ser imposible utilizar vuelos comerciales o alquilar aviones privados.

“Si los ciudadanos estadounidenses quieren regresar a Estados Unidos, deben hacer arreglos ahora”, pues las fronteras se cierran una tras otra y las aerolíneas suspenden sus vuelos para detener la propagación de la COVID-19.

“Si te encuentras en la playa cuando la tierra comienza a temblar, no te quedas allí esperando el tsunami, corres en busca de refugio”, señaló.

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“Bueno, en este caso, el terremoto ya ocurrió, ¡es hora de refugiarse y no esperar a recibir ayuda más tarde!”, añadió.

Según Brownlee, el Departamento de Estado ha repatriado a más de 31.000 estadounidenses desde el comienzo de la epidemia en China, a partir de una cifra superior a los 60 países en más de 350 vuelos.

Todavía hay un total de más de 80 vuelos planeados o en preparación para los próximos días, anunció. Y precisó que quedan unas 24.000 personas que “han indicado que podrían solicitar la repatriación”.