De acuerdo con el fallo emitido por el Tribunal del Distrito de Lod, Ben-Uliel cometió este atroz crimen debido a su ideología religiosa y racista. “El acusado fue reconocido culpable de tres asesinatos, dos tentativas de asesinato, dos incendios criminales y crimen xenófobo”, agregó.

La sentencia, igualmente, señaló que el joven de 26 años “no se responsabilizó de sus acciones”. Asimismo, los abogados defensores anunciaron que apelarán la condena ante el Tribunal Supremo.

El incidente se produjo en julio de 2015 en la aldea de Duma, cerca de Nablus (norte de Cisjordania, Israel), cuando Ben-Uliel lanzó un cóctel molotov que causó un gran incendio mientras la familia dormía.

Lee También

Debido a las llamas, Saad y Reham Dawabshe y su bebé, Alí, de 18 meses, sufrieron terribles quemaduras y murieron semanas después en un centro médico de esa localidad. Solo sobrevivió Ahmed, hijo mayor de la pareja, que en ese entonces tenía cuatro años.

En una de sus confesiones, Ben Uliel afirmó que quemó la casa de la familia Dawabshe porque quería vengar la muerte de Malachi Rosenfeld, un colono judío que fue asesinado por algunos palestinos en Duma.

A parte de las tres cadenas perpetuas, el agresor fue sentenciado a veinte años de cárcel adicionales por las heridas que sufrió Ahmed, a quien deberá pagarle cerca 49.000 euros de indemnización.