Escrito por:  Redacción Mundo
May 7, 2025 - 12:35 am

A medida que el Vaticano se alista para la elección del nuevo Papa, dos espacios emblemáticos se transforman para acoger a los cardenales electores: la Capilla Sixtina y la Sala de las Lágrimas. Estos lugares, cargados de historia y simbolismo, serán testigos de un momento trascendental para la Iglesia Católica.

Cómo luce la Capilla Sixtina antes de inicio del cónclave

La Capilla Sixtina, conocida mundialmente por sus impresionantes frescos de Miguel Ángel, se prepara meticulosamente para el cónclave. Según Vatican News, se han instalado 12 mesas dispuestas en dos filas de seis, cubiertas con tapetes de color beige y sillas de madera noble. Estas mesas estarán ocupadas por los cardenales electores, quienes deliberarán y votarán en secreto para elegir al sucesor del Papa Francisco.

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Además, se ha colocado una estufa en la parte posterior de la capilla, la cual se utilizará para quemar las papeletas de votación. Este proceso genera la famosa “fumata”, que indica al mundo si se ha elegido un nuevo Papa: fumata blanca en caso afirmativo y fumata negra si no hay consenso. Esta tradición, que data de siglos, es un símbolo de transparencia y solemnidad en el proceso de elección papal.

Cómo luce la Capilla Sixtina antes de inicio del cónclave

Para garantizar la privacidad y el aislamiento durante el cónclave, el Vaticano ha tomado medidas estrictas. Según El Imparcial, se ha desactivado todo el sistema tecnológico en el interior de la Capilla Sixtina, incluyendo cámaras y sensores, para evitar filtraciones de información. Además, se han cubierto las ventanas del Palacio Apostólico que se aproximan al área del cónclave, asegurando que las deliberaciones se realicen en total privacidad.

La Sala de las lágrimas ya está preparada

Adyacente a la Capilla Sixtina se encuentra la Sala de las Lágrimas, un pequeño pero significativo espacio donde el nuevo Papa se retira tras aceptar su elección. Este cuarto, de ambiente sobrio y austero, está destinado a que el futuro pontífice se vista con los tradicionales hábitos papales por primera vez. Es en este lugar donde muchos papas han experimentado el peso y la responsabilidad de su nueva misión, generando momentos de profunda reflexión y, en ocasiones, lágrimas.

La Sala de las Lágrimas no solo es un lugar físico, sino también un símbolo de la transición del cardenal a la máxima autoridad de la Iglesiacatólica. Es aquí donde se realiza el acto de vestirse con la vestimenta papal, un proceso que marca el inicio oficial del papado. El ambiente de la sala, con su sencillez y privacidad, permite al nuevo Papa tomar un momento para sí mismo antes de enfrentarse al mundo como líder espiritual de más de mil millones de católicos.

Así luce la Capilla Sixtina antes de inicio del cónclave AFP

La preparación de ambos espacios, la Capilla Sixtina y la Sala de las Lágrimas, refleja el profundo respeto y la solemnidad con que la Iglesia católica aborda el proceso de elección papal. Cada detalle, desde la disposición de los asientos hasta la iluminación y el ambiente, está diseñado para generar un entorno propicio para la oración, la reflexión y la toma de decisiones bajo la guía del Espíritu Santo.

En conclusión, la transformación de la Capilla Sixtina y la Sala de las Lágrimas para el cónclave de 2025 no es solo un proceso logístico, sino una manifestación del compromiso de la Iglesia católica con la tradición, la espiritualidad y la seriedad con que se realiza la elección del nuevo Papa. Estos espacios, cargados de historia y simbolismo, se preparan para ser testigos de un momento trascendental en la vida de la Iglesia y del mundo.

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