
El Vaticano ha instalado oficialmente la tradicional chimenea de la Capilla Sixtina, marcando el inicio del proceso para la elección del próximo Papa. Esta emblemática estructura, situada sobre el tejado del lugar donde se reúnen los cardenales, anunciará al mundo si se ha alcanzado un consenso durante el cónclave, mediante humo blanco (elección exitosa) o humo negro (sin acuerdo).
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Así lo informó la agencia AFP este viernes 2 de mayo. La instalación fue llevada a cabo por un grupo de bomberos de la Santa Sede, que subieron al tejado para colocar el llamado “humero”, un tubo cilíndrico delgado y marrón, que será el conducto por donde se liberará el humo de las papeletas quemadas tras cada votación.
La estructura parece pasar desapercibida para los turistas que visitan la Plaza de San Pedro este viernes, pero a partir del próximo miércoles 7 de mayo, millones de personas estarán pendientes de esta chimenea.
Un total de 133 cardenales de diferentes países se reunirán en la Capilla Sixtina, bajo los majestuosos frescos de Miguel Ángel, para votar por el nuevo líder de los más de 1.400 millones de católicos en todo el mundo. Se espera que se celebren hasta cuatro votaciones al día: dos en la mañana y dos en la tarde. Cuando se logre una mayoría de dos tercios, se anunciará el tan esperado “Habemus Papam”.

#MUNDO Los bomberos en el Vaticano, han comenzado los trabajos para instalar la chimenea en la Capilla Sixtina, desde donde se anunciará en los próximos días al mundo la elección del nuevo Papa.
Por esa misma chimenea se verá salir humo negro o la emblemática fumata blanca,… pic.twitter.com/LlU9UFCsoh— ÚltimaHoraCaracol (@UltimaHoraCR) May 2, 2025
¿Qué es el cónclave Vaticano y cómo se elige al Papa?
El cónclave del Vaticano es el proceso formal que la Iglesia católica utiliza para elegir a su máximo jerarca, el Papa. Esta tradición milenaria se activa cuando la silla de San Pedro queda vacante, ya sea por fallecimiento o renuncia del pontífice en funciones, como ocurrió en 2013 con Benedicto XVI.
La palabra “cónclave” proviene del latín cum clave, que significa “bajo llave”, haciendo referencia al aislamiento en el que permanecen los cardenales durante el proceso. La elección se realiza en completo secreto dentro de la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores —aquellos menores de 80 años— permanecen recluidos hasta alcanzar un consenso.
Para elegir al nuevo Papa, se requiere una mayoría de dos tercios. Las papeletas utilizadas en cada ronda de votación se queman al finalizar, produciendo humo visible desde el exterior. El humo negro indica que aún no hay consenso. Solo cuando el humo que sale por la chimenea es blanco, se confirma que el nuevo Papa ha sido elegido.
Este procedimiento fue formalizado en el siglo XIII por el Papa Gregorio X, tras un largo período de sede vacante que duró casi tres años. Desde entonces, el cónclave se ha convertido en una de las ceremonias más solemnes y esperadas del mundo católico.
¿Por qué se instala una chimenea en la Capilla Sixtina para elegir al Papa?
Uno de los símbolos más reconocibles del cónclave es la chimenea de la Capilla Sixtina, por donde se emite el humo que informa al mundo sobre el resultado de cada ronda de votación. Esta tradición comenzó formalmente en 1878 y se mantiene vigente como una forma visual, simple y solemne de comunicar el desenlace de este proceso tan significativo para los fieles.
Durante el cónclave, las papeletas de cada votación son quemadas en una estufa especial. Cuando no hay un resultado favorable, se añade una sustancia química que produce humo negro. En cambio, cuando se elige a un nuevo Papa, se utiliza una fórmula distinta que genera humo blanco, símbolo de unidad y decisión dentro del colegio cardenalicio.
Esta tradición ha sido testigo de momentos históricos, como la elección de Juan Pablo II en 1978, el primer Papa no italiano en más de cuatro siglos, o la renuncia de Benedicto XVI, que abrió paso al pontificado de Francisco, el primero proveniente de América Latina.

El papel de los medios y la atención global
Cada vez que se realiza un cónclave, los ojos del mundo se dirigen al Vaticano. Medios internacionales despliegan transmisiones en vivo, expertos analizan los posibles candidatos al papado (conocidos como papables), y fieles de todos los continentes aguardan el humo blanco desde la Plaza de San Pedro o a través de pantallas digitales.
La elección del Papa no solo tiene implicaciones religiosas, sino también políticas, sociales y culturales. El nuevo líder espiritual del catolicismo influirá en temas como derechos humanos, migración, cambio climático y relaciones diplomáticas entre estados y religiones.
La entrevista final con el Papa electo, antes de ser anunciado al público, incluye una pregunta crucial: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”. Si responde afirmativamente, se le pregunta qué nombre desea adoptar como nuevo Papa. Luego, se presenta en el balcón de la Basílica de San Pedro, donde el cardenal protodiácono pronuncia la fórmula: “Habemus Papam”.
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