Este jueves 7 de julio la Fiscalía española solicitó 120 años de cárcel para el ciudadano colombiano, acusado por la muerte de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, mas otras conductas como delitos sexuales contra siete mujeres y una violación a la salud pública.
En medio del juicio con jurado popular, que se desarrolla en Valencia, el Ministerio Fiscal aseguró que el tiempo en prisión se daría por la suma de las distintas condenas. Antes de los homicidios habrían ocurrido encuentros sexuales, en los que se habría introducido cocaína en los genitales de las víctimas.
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La abogada del acusado manifestó que su defendido es “consumidor de sustancias estupefacientes y tóxicas”, por lo que consideró que concurre a una circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal de toxicomanía y reclamó su absolución.
Colombiano afronta duras penas en España
Jorge Palma, quien nació en Ibagué y permanece en prisión desde finales del 2019, declaró que no asesinó a ninguna de las mujeres, pero confesó haber descuartizado el cuerpo de Marta Calvo, el cual aún no se ha encontrado.
En previas oportunidades, el acusado explicó que contrató a Calvo como dama de compañía en la noche de su cumpleaños; manifestó que tuvieron relaciones y luego se durmieron. Durante uno de los juicios contó que se despertó porque escuchó un “ruido raro” de la mujer y, al tomarle el pulso, esta ya no respiraba.
El pánico del momento, explicó el sujeto, lo llevó a desmembrar el cadáver para luego arrojarlo en dos contenedores. Además, manifestó que llegó a pensar en quitarse la vida.
La petición de las autoridades españolas está basada en la Prisión Permanente Revisable (PPR), máxima pena privativa de la libertad en España. Las Cortes Generales la aprobaron en marzo del 2015 para ser aplicada en delitos específicos, como los de lesa humanidad, el asesinato del rey de España o de un mandatario extranjero que esté en el país y los homicidios en una organización criminal o terrorista, entre otros.
El juicio en contra de Palma inició en junio pasado, y allí la defensa remarcó que el hombre “no es un psicópata”, acorde a las investigaciones de los médicos forenses. Así mismo, remarcó que este “no ha abusado sexualmente de nadie”, pues las mujeres implicadas accedieron voluntariamente a la denominada ‘fiesta blanca’, una práctica con introducción de cocaína en los genitales.
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