De acuerdo con el informe anual de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número de desplazados y refugiados en el mundo creció en casi nueve millones de personas el año pasado, hasta alcanzar el récord de 79,5 millones, lo que representa aproximadamente el 1 % de la población mundial.

Se trata de la cifra más alta recogida por el organismo desde que recopila estas estadísticas, publicadas como cada año en vísperas del Día Mundial del Refugiado (20 de junio).

De esa población en movimiento, 45,7 millones son desplazados internos dentro de su país de origen y 26 millones refugiados en territorios distintos al suyo, 4,2 millones solicitantes de asilo y 3,6 millones son venezolanos considerados en una categoría distinta por la doble vertiente económica y política de su éxodo.

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Venezuela, cuyo éxodo en realidad supera los 5 millones de personas, es el segundo país en número de refugiados contabilizados por ACNUR, sólo por debajo de los 6,6 millones de sirios y superando a naciones como Afganistán (2,7 millones) Sudán del Sur (2,2 millones) y Birmania (1,1 millones).

En cuanto a los destinos, después de Turquía y Colombia aparecen Pakistán (1,4 millones), Uganda (1,4 millones) y Alemania (1,1 millones).

El informe subraya que el 85 por ciento de los desplazados se concentran en naciones de ingresos medios o bajos y que el 73 por ciento de los refugiados viven en países vecinos al de origen. Las solicitudes de asilo el pasado año superaron los dos millones, con Estados Unidos como el país que más recibió (301.000) seguido de Perú (259.800), Alemania (142.500), Francia (123.900) y España (118.300).

Las poblaciones desplazadas afrontan además este año los problemas añadidos que ha planteado la pandemia mundial de COVID-19, aunque Grandi señaló que por ahora no se han registrado grandes brotes en campos de refugiados.