El país asiático puso en órbita el 29 de abril el primer módulo de su estación espacial, gracias al cohete portador Long March 5B, el más potente e imponente lanzador chino.

Este cohete, actualmente en órbita, debe regresar a la Tierra. Está perdiendo gradualmente altitud y el punto de impacto de su caída es por ahora desconocido.

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Utilizando datos militares estadounidenses, Space-Track tuiteó que ahora se cree que puede regresar a las 02H11 GMT (9:11 p.m., hora de Colombia) sobre la cuenca mediterránea, con una incertidumbre de una hora antes o después de esta estimación.

El escuadrón encargado del control del espacio en la base aérea de Vandenberg, en California, “no conocerá la localización precisa hasta después” del aterrizaje del cohete, señaló Space-Track.

China, muy discreta en este asunto, no ha publicado ninguna previsión sobre el posible horario de la entrada a la atmósfera terrestre, donde debería desintegrarse total o parcialmente.

Para la agencia especial rusa Roscosmos, la entrada podría hacerse a las 23H30 GMT del sábado (6:30 p.m., hora de Colombia) en el sur de Indonesia. El Departamento de Defensa estadounidense calculó que ocurrirá hacia las 23H00 GMT (6:00 p.m.), con un margen de error de 9 horas. Esa brecha debe afinarse a medida que el cohete se acerca.

Tras un largo silencio de las autoridades espaciales y diplomáticas chinas, Pekín reaccionó finalmente el viernes, y dijo que su cohete representa un riesgo “extremadamente bajo”.

“La mayoría de los componentes (del cohete) se quemarán y destruirán al entrar en la atmósfera”, aseguró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

El astrónomo radicado en Harvard Jonathan McDowell reaccionó en Twitter el sábado: “Nuevas predicciones de la Fuerza Espacial 18SPCS lo reduce a una órbita: Costa Rica, Haití, España, Cerdeña, Italia, Grecia y Creta, Israel, Jordania, Australia, Nueva Zelanda, Arabia Saudita”.

Probabilidades de impacto de cohete chino contra la Tierra

Los medios de comunicación chinos daban este sábado una cobertura mínima del acontecimiento y se limitaban a reproducir las palabras del portavoz de la diplomacia.

Aunque partes del cohete queden intactas tras su entrada en la atmósfera, hay grandes posibilidades de que se destruyan en el mar porque el 70% del planeta es agua. Pero podrían también estrellarse en una zona habitada o en una embarcación.

“Esperamos que aterricen en un lugar donde no hagan daño a nadie”, declaró el viernes Mike Howard, portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, subrayando que su país seguía de cerca la trayectoria del cohete.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró el pasado jueves que su país no tiene ninguna intención de destruir la nave china. Pero insinuó que China no planificó con suficiente cuidado su lanzamiento.

Según varios expertos entrevistados por la AFP, existe el riesgo de que restos del vehículo de lanzamiento pesado toquen una zona habitada, pero es poco probable.

“Dado el tamaño del objeto, es inevitable que queden grandes trozos”, afirmó Florent Delefie, astrónomo del Observatorio de Paris-PSL.

Pero la probabilidad de un impacto en una zona habitada es “mínima, probablemente menos de una entre un millón”, asegura Nicolas Bobrinsky, jefe del departamento de Ingeniería e Innovación de la Agencia Espacial Europea (ESA).