Los chigüiros o carpinchos, como llaman a estos roedores en Argentina, en los últimos meses han destrozado jardines, atacado a un perro y hasta causado un accidente de tránsito dentro de ese condominio privado.

De acuerdo con el diario La Nación, el barrio residencial se construyó sobre una zona donde los chigüiros son autóctonos y en los lagos cercanos no hay jaguares, anacondas, caimanes o depredadores naturales que controlen la reproducción masiva de este animal.

El crecimiento imparable de estos roedores en Nordelta tiene preocupados a los vecinos, pues además de dañar sus jardines, tienen miedo de que terminen atacando a algún niño o causen un grave accidente.

El primer aviso sobre esto sucesos ocurrió hace unos meses cuando Oreo, una schnauzer mini fue atacada por un chigüiro grande que estaba dentro del jardín de una casa junto a su pareja preñada y se sintió amenazado.

“Escuché gritos desgarradores. Me asomé por la ventana y vi a un carpincho con Oreo en la boca. Había dos; creemos que eran un macho y una hembra y ella estaba embarazada, por lo que el macho la defendió, aunque no sé de qué porque Oreo no hizo nada. Luego yo salí y los carpinchos se escaparon al lago”, contó a La Nación Myriam Couriel, ama de Oreo.

Las heridas de la perra fueron graves en el estómago y en las patas traseras, pero afortunadamente se salvó gracias a que una médica veterinaria acudió a la casa de Couriel tan solo 5 minutos después del brutal ataque.

El rotativo argentino recuerda que los chigüiros o carpinchos son los roedores más grandes del mundo, pueden medir hasta 1,30 metros de largo,  los adultos llegan a pesar 60 kilos y viven en manadas de entre 10 y 20 integrantes, siempre con un macho dominante.

“Terminamos cercando la casa, pero los carpinchos de algún modo u otro atraviesan el cerco. Ni a mí ni a ninguno de los vecinos nos molestan, nos parecen divinos los carpinchos, pero desde que pasó lo de Oreo tengo miedo de que le pase algo a mi nieto. Hay que buscar la manera de controlarlos porque está repleto”, agregó Couriel en el mismo diario.

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Otro de los problemas que causa la invasión de estos animales es que muchas veces pausan el tráfico cuando pasan las calles. Incluso, hace poco se viralizó un video en el que un chigüiro se le atravesó a un motociclista y lo hizo caer al suelo.

Afortunadamente, el conductor de la moto se transportaba a poca velocidad y no se hizo daño, ni al animal.

“La situación merece un análisis profundo. Los seres vivos van creando sus espacios y estoy seguro que lo que sucede en Nordelta tiene que ver con que crearon un ecosistema que favorece el regreso de estas especies”, analizó para La Nación Adelmar Funk, fundador del Complejo Ecológico de América en Buenos Aires.

“Los carpinchos suelen tener muchas crías; cuando te diste cuenta de que aumentó la población es porque ya tenés el problema encima. Este proceso arrancó hace años”, agregó Funk, y detalló que en la ciudad de Corrientes hay comunidades que conviven sin problemas con los carpinchos.

Por último, La Nación reporta que desde que se conoció que uno de estos roedores atacó a una mascota, los lugareños tienen un “trato inhumano” contra ellos.

Grupos ambientalistas señalan que los chigüiros son considerados peligrosos o eliminados, por lo que consideran que los vecinos de Nordelta deberían pagar por su reubicación, en vez de lanzar tantas quejas.

“Los carpinchos no estaban de paseo por Nordelta, no son agresivos y son una especie autóctona que debe ser preservada y protegida”, dijo la presidenta del Partido Verde de la provincia de Buenos Aires, Fabiana Zanutt.

“Los barrios privados adoptaron a estos animales como integrantes de sus cuidados parques, resultaban atractivos y generaban una apariencia proteccionista…. Hoy como la población de esos animales silvestres robados de las islas creció, son eliminados o se los considera peligrosos para su entorno, muchos de ellos son liberados a las calles o desterrados de formas inhumanas”, finalizó Zanutt a La Nación.