En días pasados, la oficina del fiscal especial en el tema de injerencia rusa en la campaña de Trump, Robert Mueller,  había acusado a Manafort de intentar que testigos cometieran perjurio sobre un esfuerzo de cabildeo que hicieron para él en Estados Unidos.

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Manafort queda, tras las rejas, a la espera de su juicio por lavado de dinero, fraude fiscal y bancario y cabildeo ilegal, como parte de la investigación sobre la interferencia de Rusia en la elección presidencial de Estados Unidos.

Junto con él también fue demandado uno de sus excolaboradores cercanos, un ruso llamado Konstantin Kilimnik, según la acusación firmada por el fiscal especial Robert Mueller.