Por: RFI

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Este artículo fue curado por pulzo   May 30, 2025 - 3:50 am
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En Gaza, la toma de control de la ayuda humanitaria por parte del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a través de una organización estadounidense, ha sido un fiasco. Multitudes de habitantes de Gaza se agolpan durante horas detrás de las rejas bajo un sol abrasador para recoger los pocos alimentos que la Fundación Humanitaria para Gaza le entrega. Los habitantes de Gaza se sienten humillados y disgustados. Testimonios.

Con nuestros corresponsales en Gaza y Jerusalén, Rami al-Meghari y Alice Froussard

Cuando se enteró de que había una distribución de ayuda alimentaria, Hani Shaath, desplazado de Gaza en la zona de al-Mawasi, al sur de la Franja de Gaza, no lo dudó. El arroz es demasiado caro, falta harina. Ni siquiera las personas con recursos pueden permitirse comprar nada, afirma. “Conseguimos entrar en la zona con dificultad y luego pasamos. Pero la situación era peligrosa porque había un tanque y nos daba miedo. Se acercaba, bloqueaba la carretera, la gente se detenía, luego se marchaba y la gente volvía a avanzar”.

Hani describe las barreras, los carteles de “prohibido acercarse”. “A quien los traspasaba le disparaban. Alguien se pasó un metro y le dieron un tiro”, asegura. Todo eso para recuperar cajas con harina, aceite, pasta, habas, un poco de sal y, a veces, halaweh, esa pasta de sésamo, explica Tamer al-Shaer, otro desplazado que consiguió llevarse un paquete a pesar del caos total. “Pero, en realidad, ni siquiera es suficiente para una semana. Con una familia de cinco personas, solo durará tres o cuatro días”.

El riesgo de hambruna se generaliza

Y mientras toda la población de Gaza se enfrenta al riesgo de hambruna, algunos, desesperados por la falta de alimentos, se vuelven codiciosos, añade Wassim Lahm, que también estaba allí. “Hay quienes se han llevado 20 cajas de 30 kilos para revenderlas, que Dios los castigue. Están haciendo subir los precios para todo el mundo. En mi opinión, antes era mucho mejor con las ONG. Ahora es un desastre, es realmente arriesgarse a morir por nada. Caminamos unos cuatro kilómetros, fue agotador y lo hicimos solo para tener algo que comer y beber”. Wassim precisa que solo en el camino de vuelta vio cuatro cadáveres en medio de la carretera.

El miércoles, miles de palestinos se precipitaron en un almacén del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Ka multitud no dejó nada en el almacén y se llevó bolsas de comida, palés de madera y tablones mientras de fondo se escuchaban disparos.

El martes, casi 50 personas resultaron heridas en una caótica distribución de ayuda en un centro de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), la nueva organización creada con apoyo de Israel y Estados Unidos.

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