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Los ataques, reivindicados el sábado por los talibanes pakistaníes, fueron perpetrados la víspera en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en la frontera con Afganistán. Se produjeron pocas horas después de que el gobierno talibán afgano acusara a Pakistán de “violar su soberanía”, concretamente en la ciudad de Kabul, donde se escucharon explosiones.
Veintitrés personas murieron, entre ellas varios civiles, en un ataque perpetrado el viernes en el noroeste de Pakistán, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán. El atentado, reivindicado este sábado 11 de octubre por los talibanes pakistaníes, es uno de los más mortíferos de los últimos meses.
En este periodo, los militantes del Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) —movimiento talibán pakistaní— han intensificado su campaña de violencia contra las fuerzas de seguridad en las zonas montañosas limítrofes con Afganistán, gobernado desde el verano de 2021 por los talibanes afganos.
El ataque tuvo como objetivo un centro de formación de las fuerzas del orden, donde un vehículo cargado de explosivos fue detonado antes de que los agresores abrieran fuego. Según fuentes de seguridad, siete policías, once paramilitares y cinco civiles fueron asesinados.




Islamabad acusa a Kabul de proteger a grupos armados antipaquistaníes
Los talibanes pakistaníes, aliados de los talibanes afganos, reivindicaron los ataques en las redes sociales. Los hechos ocurrieron pocas horas después de que el gobierno talibán de Afganistán acusara a Pakistán de “violar su soberanía”, tras una serie de explosiones registradas el jueves en Kabul y en la provincia oriental de Paktika.
El portavoz del gobierno afgano, Zabihullah Mujahid, confirmó en un mensaje en la red X que “se había escuchado una explosión en la ciudad de Kabul”, aunque en ese momento restó importancia al incidente y aseguró que “todo estaba bajo control” y que “no se habían reportado víctimas”.
Sin embargo, al día siguiente el ministerio de Defensa afgano responsabilizó directamente a Pakistán de las explosiones en Kabul y Paktika, sin aportar detalles.
Islamabad, por su parte, afirmó que tiene derecho a defenderse de los ataques en las zonas fronterizas. El episodio se produce en un contexto de fuerte deterioro de las relaciones entre ambos países. Pakistán acusa al gobierno talibán afgano —en el poder desde agosto de 2021— de ofrecer refugio a grupos armados, especialmente al TTP, al que Islamabad culpa del aumento de los ataques contra sus fuerzas de seguridad.
Tras las explosiones en Kabul, circularon en redes sociales versiones que atribuían la autoría del ataque a Pakistán, señalando que el objetivo habría sido eliminar a altos dirigentes del TTP, incluido su líder Noor Wali Mehsud. Funcionarios afganos aseguraron más tarde que Mehsud se encuentra a salvo.
Consultado en una rueda de prensa sobre si el ejército pakistaní había atacado territorio afgano para asesinar a líderes del TTP, el portavoz militar Ahmad Sharif evitó confirmar o desmentir la acusación, pero afirmó: “Afganistán está siendo utilizado como base de operaciones contra Pakistán, y existen pruebas de ello. Las medidas necesarias para proteger la vida y los bienes del pueblo pakistaní se están tomando y se seguirán tomando”.
Nueva diplomacia de los talibanes afganos y rivalidades regionales
Un informe del Consejo de Seguridad de la ONU publicado a comienzos de este año señalaba que el TTP “ha sido probablemente el grupo extremista extranjero que más se ha beneficiado del regreso al poder de los talibanes afganos, que lo han acogido y apoyado activamente”.
Kabul rechaza tajantemente esas acusaciones y las devuelve a Islamabad, a quien responsabiliza de ayudar a grupos “terroristas”, en particular a la rama regional del grupo Estado Islámico.
El año 2024 fue el más mortífero para Pakistán en casi una década, con más de 1.600 personas asesinadas en episodios de violencia.
Antiguamente considerados como aliados de Pakistán, los talibanes afganos intentan ahora reorientar su política exterior y acercarse a potencias regionales como India —su antiguo adversario— con el objetivo de lograr un reconocimiento diplomático internacional.
Mientras tanto, Islamabad acusa también a Nueva Delhi de apoyar a grupos armados que operan en territorio pakistaní, una acusación que India rechaza.
AFP, Reuters y medios locales
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