El cazador era “difícil” de atrapar, porque vivía en el linde del bosque donde se internaba cada vez que la policía realizaba redadas, dijo este lunes el jefe de policía local, Saidur Rahman.

“Intentamos acorralarlo durante mucho tiempo. Un soplo finalmente nos permitió lograrlo y enviarlo a la cárcel”, dijo el oficial.

Bagh Shikari había elegido como coto de caza los manglares de los Sunderbans, que se extienden sobre más de 10.000 kilómetros cuadrados y albergan una de las mayores poblaciones de tigres de Bengala del mundo, una especia en peligro de extinción.

El cazador furtivo comenzó su carrera recolectando miel en el bosque antes de dedicarse a cazar al gran felino cuya piel, huesos e incluso carne se venden a un alto precio en el mercado negro.

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“Lo respetamos tanto como lo tememos”, dijo Abdus Salam, apicultor de miel. “Es un hombre peligroso capaz de luchar solo con Mama (el tigre) en el bosque”.

El departamento forestal de Bangladés tenía solo 106 tigres de Bengala en 2015, contra 440 en 2004. En 2019, la población había aumentado a 114 individuos gracias a una fuerte represión contra la caza furtiva.

Para el conservador regional de bosques, Mainuddin Khan, la detención del célebre cazador es un “alivio”. 

“Nos estaba dando serios dolores de cabeza. Era una gran amenaza para la biodiversidad del bosque”, dijo Khan.