Según algunos medios locales, la preocupación por el cambio climático hizo que este año los comerciantes retiraran de sus tiendas estos productos. “Los fuegos artificiales duran una hora, pero queremos proteger a los animales y tener aire puro los 365 días al año”, declaró Uli Budnik, gerente de los supermercados Rewe, ubicados en la región de Dortmund.

De igual manera, Edeka, compañía número uno en venta de pólvora en toda Alemania, también tomó la decisión de no comercializar fuegos artificiales durante las festividades de fin de año.

Por su parte, la cadena Hornbach afirmó que a partir de 2020 prohibiría la distribución y venta de pirotecnia; mientras que la empresa Bauhaus señaló que se replantearía su oferta sobre este producto para el próximo año.

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De acuerdo con la Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA), los fuegos artificiales de Año Nuevo en Alemania liberan unas 5.000 toneladas de partículas finas en el aire en una sola noche, lo que equivale aproximadamente a dos meses de tráfico por carretera.

Debido a esto, muchas de las principales ciudades germanas han establecido zonas libres de fuegos artificiales para proteger el medio ambiente y la seguridad, ya que las partículas de polvo finas liberadas en el aire se consideran nocivas para la salud humana y animal.