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La nueva asociación migratoria entre Francia y el Reino Unido, anunciada el mes pasado y recientemente validada por la Comisión Europea, entra en vigor este miércoles. Su lema es el principio de una entrada por una salida.
Por Emeline Vin, corresponsal de RFI en Londres
Cada año, decenas de miles de personas cruzan el Canal de la Mancha desde las playas del norte de Francia hasta las costas inglesas y llegan al Reino Unido, donde esperan obtener asilo. Sus casos cristalizaron la discordia entre París y Londres, ya que la opinión pública y la clase política británica se quejan de tener que acoger a estos miles de solicitantes de asilo mientras se examinan sus solicitudes. Al mismo tiempo, señalan a Francia por no hacer lo suficiente para impedir estas travesías.
Más allá del coste financiero para el Reino Unido, lo que está en juego es humano. En 2024, 78 personas murieron al intentar cruzar el Canal de la Mancha, según las cifras de la Oficina de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Migrantes (Oltim). Desde hace algunos años se han firmado acuerdos puntuales, pero las travesías han seguido aumentando, con más de 20.000 personas que han intentado cruzar en 2025. El último acuerdo, firmado en julio, da esperanzas al Gobierno laborista de cumplir su promesa de “desarticular las bandas” de traficantes.




El funcionamiento del “one in one out”
El nuevo enfoque se basa en un principio: “one in one out”, es decir, una entrada por una salida. Así, el Reino Unido debe devolver a Francia a algunos migrantes que han llegado de forma irregular a sus costas, a cambio de que Francia acepte a los solicitantes de asilo que tengan familiares o allegados que ya se encuentren en territorio británico.
“Hoy enviamos un mensaje claro: si vienes aquí ilegalmente en una pequeña embarcación, corres el riesgo de ser devuelto a Francia”, declaró el primer ministro británico Keir Starmer, quien acordó este proyecto piloto con el presidente francés Emmanuel Macron durante su visita de Estado al Reino Unido a principios de julio.
En términos numéricos, siguiendo esta regla, el número de personas que entran en territorio británico no debería disminuir a corto plazo, pero las posibilidades de obtener el derecho de asilo para aquellos que no sean devueltos a Francia serán mayores. Esto hace que el proceso sea más “aceptable” para el contribuyente británico, que no tendría que pagar por la atención a los solicitantes en espera de una respuesta. Porque hoy en día es casi imposible obtener asilo llegando de forma irregular al Reino Unido. Y las autoridades británicas han reducido drásticamente las vías de acceso consideradas un poco más seguras.
No hay un objetivo cuantificado a corto plazo
Por el contrario, el objetivo a medio plazo es enviar un mensaje a los candidatos a cruzar el canal. Dado que estos serán devueltos más fácilmente a Francia, la relación beneficio/riesgo de la travesía empeora. Las primeras devoluciones a Francia deben tener lugar esta semana. Sin embargo, no se han comunicado cifras claras en cuanto a los objetivos de devoluciones y asilos concedidos.
La ministra del Interior, Yvette Cooper, participó en varios programas matutinos el martes por la mañana y explicó que “las primeras cifras serán bastante bajas y esperamos ampliar y aumentar el número de retornos”. “Proporcionaremos actualizaciones periódicas: los ciudadanos sabrán cuántas personas están detenidas y cuántas son devueltas. Pero no fijamos objetivos por adelantado, porque no queremos dar información operativa a los traficantes”, agregó.
Las asociaciones denuncian un enfoque deshumanizador
El Observatorio de Migraciones de Oxford, el grupo de investigación de referencia en la materia, estima que el “one in one out” afectaría a una de cada veinte llegadas, lo que supone un impacto bastante mínimo. Por su parte, las asociaciones de defensa de los migrantes denuncian un enfoque deshumanizador y recuerdan que la única forma de impedir las travesías del Canal de la Mancha es restablecer vías legales y seguras para solicitar asilo.
En particular para los pakistaníes, iraníes y eritreos, sobrerrepresentados en las travesías del Canal de la Mancha. De lo contrario, los traficantes de personas podrían animarlos a correr aún más riesgos con la esperanza de llegar a las costas inglesas.
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