En un discurso pronunciado ante la tumba de su hermano Fidel Castro, fallecido en 2016, el exmandatario señaló que el gobierno norteamericano está intentado presentar a la isla que, según él, tiene una actitud “pacífica y solidaria”, como si fuera “una amenaza para la región”.

Ante el empeoramiento de las relaciones binacionales, Castro llamó a la población a reforzar la defensa y prepararse “para todos los escenarios, incluyendo los peores”, en un tono más belicista, poco usual en sus últimas apariciones; pese a que previamente reiteró la disposición de la isla a “convivir civilizadamente pese a las diferencias, en una relación de paz, respeto y beneficio mutuo”.

También acusó a Washington de intentar repetidamente forzar un “cambio de régimen” en la isla y pidió a “las mentes más equilibradas” del gobierno estadounidense evitar “un escenario de confrontaciones”, pero para el que Cuba está preparada. El país continuará “priorizando las tareas de preparación de la defensa” dijo el general de ejército.

“De manera creciente, altos funcionarios de la actual administración, con la complicidad de algunos lacayos, difunden nuevas falsedades y otra vez pretenden culpar a Cuba de todos los males de la región”, añadió el presidente Miguel Díaz Canel.

Cabe recordar que Estados Unidos y Cuba tuvieron un histórico acercamiento entre 2014 y 2016, durante la gestión de Barack Obama y Raúl Castro, donde se restablecieron relaciones diplomáticas y se reabrieron embajadas. Pero este buen momento llegó a su fin con la llegada al poder en 2017 de Donald Trump, quien recrudeció el bloqueo que Washington aplica a la isla desde 1962.

Al anunciar nuevas sanciones económicas contra Cuba en noviembre, Estados Unidos acusó a Cuba de ser junto a Venezuela y Nicaragua una “troika de la tiranía”.

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Entre tanto, Castro, como líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único), encabezó en Santiago de Cuba, acompañado de Díaz Canel y las cúpulas del Partido Comunista y las Fuerzas Armadas, el acto oficial para conmemorar la revolución liderada por su hermano mayor, el fallecido exmandatario Fidel Castro (1926-2016).

En un discurso de casi 40 minutos, Raúl Castro repasó en primera persona más de medio siglo de historia y criticó a Estados Unidos, eterna némesis de la isla comunista y cuyo actual Gobierno se mueve “nuevamente en un rumbo de confrontación”, aseguró Castro, quien insistió en su confianza en la “nueva generación de revolucionarios”.

“Se cumplen 60 años del triunfo el 1 de enero de 1959, sin embargo la Revolución no ha envejecido, sigue siendo joven”, dijo ante mil santiagueros reunidos en el cementerio de Santa Ifigenia frente a la gran roca que sirve de tumba a Fidel Castro.

El general de 87 años confirmó su “satisfacción” por la gestión de su pupilo, el actual presidente, que llegó al poder en abril pasado, y subrayó que “el proceso revolucionario no está circunscrito a la vida biológica de quienes lo iniciaron, sino a la voluntad y el compromiso de los jóvenes”.

Con voz quebrada pero en aparente buen estado de salud, Castro recordó el “periodo especial”, la seria crisis económica que sufrió Cuba inicios de 1990, cuando tras el derrumbe de la Unión Soviética el país caribeño se quedó “solo en medio de Occidente, a 90 millas de EE.UU”.

“Nadie en el mundo habría apostado un centavo por la sobrevivencia de la Revolución, sin embargo, sí se pudo enfrentar y vencer el reto”, indicó el expresidente cubano.

“A 60 años del triunfo de la Revolución podemos afirmar que estamos curados de espanto. No nos intimidan ni el lenguaje ni la amenazas”, aseguró el líder del Partido Comunista en el acto, que duró poco más de una hora y tuvo lugar en medio de fuertes medidas de seguridad.

60 años de revolución

La celebración comenzó con una ceremonia de cambio de la guardia de honor en el “altar de la patria” del camposanto, en el que sobresale el mausoleo del Héroe Nacional cubano, José Martí, y a la derecha la gran piedra donde reposan los restos de Castro, que quiso descansar en la ciudad donde se gestó su insurrección.

Una unidad de artillería disparó 21 salvas que rompieron la habitual paz del cementerio, convertido en parada obligada desde que Raúl Castro depositó allí las cenizas de su hermano en noviembre de 2016.

El expresidente, uno de los últimos sobrevivientes de la generación histórica que luchó en la Sierra Maestra, ofreció un recorrido por la historia de la insurreción en la que participó junto a Fidel Castro y los guerrilleros Camilo Cienfuegos y Ernesto “Che” Guevara.

“Puedo decir que tengo confianza en futuro”, dijo Castro, que auguró un “provenir próspero” para la nación, “siempre con la guía del Partido”, cuyo liderazgo también cederá en 2021 a Díaz Canel.

Por último, manifestó su “seguridad” de que la nueva Constitución que irá a referendo el próximo 24 de febrero obtendrá un “respaldo mayoritario” del pueblo, que “demostrará en las urnas el respaldo mayoritario a su Revolución y al socialismo”.

El nuevo texto que actualizará la Carta Magna vigente (1976) ratifica la aspiración al comunismo aunque reconoce la propiedad privada y a la inversión extranjera como necesaria.