Mientras miles de argentinos emprendieron rumbo hacia Catar para presenciar este domingo la gran final de la Copa del Mundo Fifa 2022, ante la poderosa Francia, el mandatario del país sudamericano, Alberto Fernández, decidió quedarse en el país y esperar el desenlace de esta trascendental cita.

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Fernández, confeso hincha de Argentinos Juniors, uno de los equipos de Primera División y campeón de Copa Libertadores, se quedó en suelo gaucho a la expectativa de ver coronar a la ‘albiceleste’. La razón no podía ser otra que una ‘cábala’ con la que cree llegará el éxito de la selección.

“Como millones de compatriotas, disfrutaré la final de la Copa del Mundo en casa. Viviré este momento fantástico como hasta ahora, junto a mi gente. En la cancha van a estar los mejores de los nuestros y en la tribuna una gloriosa hinchada. Además, cábalas son cábalas”, publicó en su Twitter.

Tal parece que hasta ahora le ha funcionado la rutina al jefe de Estado, al que incluso le sacaron una curiosa comparación con su ‘mostacho’. En 1978, el dictador Jorge Videla llevaba bigote; como en 1986 lo lucía el presidente Raúl Alfonsín, años en los que el combinado sudamericano ganó la cita orbital. 

Y es que un sinfín de coincidencias han empezado a aparecer con respecto a pasadas consagraciones. La fecha de nacimiento del árbitro central, en comparación con el de 1986; el color de la camiseta cada vez que alzó la Copa y hasta la hora en que se llevará a cabo el encuentro hacen parte del ‘repertorio’.

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El caso es que, frente a frente, estarán dos seleccionados que buscan su tercera estrella para sus escudos, pues los ‘galos’ también han triunfado en dos ocasiones en la máxima instancia. Aunque, en caso de que el éxito sea europeo, se convertirán en la primera selección, tras 60 años, en salir bicampeona.

El balón rodará desde las 10:00 a. m. (Hora Col.) en el estadio de Lusail, en el que estarán más de 80.000 espectadores en las tribunas. Y la ilusión de todo un continente de romper, después de 20 años, con la hegemonía del ‘Viejo Continente’ en la competición, tras el éxito de Brasil en 2002.