En medio de la emoción por volver a su país, los jugadores no repararon en el posible peligro que corrían al sentarse en la parte trasera del bus, que era más alta que el resto de la estructura.

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Allí se situó Lionel Messi, que llevaba en sus manos el preciado trofeo, junto a Ángel Di María, Rodrigo De Paul, Nicolás Otamendi y Leandro Paredes. Todos alcanzaron a agacharse pero Paredes no lo hizo tan a tiempo y el cable le voló la gorra que traía en la cabeza.

Pese a que la cosa no pasó a mayores y todo quedó en risas, pudo haber sido grave pues alguno de ellos pudo haber caído del bus, de una altura considerable y en posible mala posición.

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Curiosamente no fue el único episodio; después el que se atravesó fue un árbol:

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Y finalmente se tuvieron que agachar al pasar bajo una figura de una copa del mundo que pendía sobre el camino:

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