Fue precisamente su abuelo, Jesús, el que le contó a Laura Acuña el sueño que tuvo con Isabella Daza Corredor hace unos meses, pues dijo que la vio como “una pajarita azul” que estaba con su madre, y que luego “volaba alto, en círculos”.

“Yo, analizando, dije: ‘Isabella va a volar’, pero en ese tiempo por la pandemia, a nosotros se nos murieron cinco hermanos en menos de dos meses, y yo decía: ‘Dios mío, ¿quién será ahora? Y me dolía bastante que yo no pudiera ver triunfar a la niña”, contó el abuelo, en medio de lágrimas.

Pero Jesús, a pesar del dolor, se mostró feliz de saber que su nieta es la que irradia alegría en la familia en este momento, y más ahora que estaba a un paso de convertirse en la nueva integrante de ‘La voz kids’.

“Es como un bálsamo que Dios nos mandó a la Familia, a mi vida, a todos en la casa”, comentó el abuelo.

Y así fue, pues Isabella saltó al escenario para entonar una canción en homenaje a esas personas que ya no están en vida pero que se les recuerda con el corazón: ‘Amor eterno’, de Rocío Durcal. La niña, de 9 años y oriunda de Santa Marta,  subió acompañada de su muñeca.

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Al escuchar su encantadora voz, los jurados cerraron los ojos tal vez para transportarse a ese mundo imaginario al que Isabella los llevó con el sentimiento que le imprimó a la canción.

Y sí, casi al final, Andrés Cepeda y Natalia Jiménez se dieron la vuelta para que la pequeña artista le cumpliera el sueño a su abuelo: el de volar por lo alto en ‘La voz kids’.

Jiménez destacó el color de voz y los vibratos de la niña, mientras que Cepeda la invitó a controlar sus nervios y a conservar ese tono de voz.

Luego de consultarle al oído a su muñeca, Isabella escogió irse para el equipo de la cantante española, y se lo hizo saber entonando una de sus canciones, como se escucha a continuación.