Años después de su fallecimiento en 2009, el patrimonio de Michael Jackson negoció varias ventas y acuerdos con Sony, incluyendo una importante transacción en 2016 por su participación del 50 % en Sony Music Group, y posteriormente la adquisición de una parte de su catálogo de grabaciones y publicaciones, según aclara Billboard. Si bien estos movimientos han dado cientos de millones de dólares, también han sido objeto de disputas legales.
En cuanto a su fortuna, dejó un patrimonio complejo y una deuda multimillonaria al momento de su muerte. Sin embargo, gracias a la gestión de sus albaceas, la situación financiera se ha revertido drásticamente. A través de la renegociación de deudas, acuerdos de licencias, y la continua generación de ingresos por su música, su película ‘This Is It’ y el musical de Broadway ‘MJ: The Musical’, el patrimonio ha logrado sanearse.
Se estima que ahora supera los mil millones de dólares, de acuerdo con el medio Parade. A pesar de este éxito, la distribución de la herencia a sus hijos (Prince, Paris y Bigi) y a su madre, Katherine Jackson, ha enfrentado retrasos significativos debido a disputas fiscales con el IRS y otras batallas legales en curso.
¿Quiénes son los herederos de la fortuna de Michael Jackson?
En 2002, Michael Jackson redactó meticulosamente su testamento, un documento crucial que delineó sus deseos para la administración de su vasto patrimonio tras su fallecimiento. En este, designó a su madre, Katherine Jackson, como la tutora legal de sus tres hijos, Prince, Paris y Blanket (ahora conocido como Bigi), quienes eran menores de edad en el momento de la trágica partida del ‘Rey del pop’. Esta previsión aseguró la estabilidad y el cuidado de sus descendientes, garantizando que su bienestar fuera la prioridad máxima en el manejo de la fortuna familiar.
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Jackson estipuló que el 40 % de sus bienes se dividiría en partes iguales entre sus tres hijos. Adicionalmente, mostró su compromiso con causas sociales al destinar un 20 % de su patrimonio a diversas organizaciones benéficas dedicadas a la infancia, reflejando su conocida generosidad. El 40 % restante se asignó para cubrir los gastos de su mamá durante su vida. Tras su fallecimiento, el saldo de esta porción se sumará a la herencia de sus hijos, elevando su participación total al 80 % del patrimonio. Este esquema testamentario no solo resguardó el futuro de su familia, sino que también perpetuó su legado filantrópico.
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