El director de la emisora Candela Estéreo destapó algunas de las labores que desempeñó hace algunos años, cuando todavía no había tenido la oportunidad de entrar a los medios de comunicación.

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Aunque muchos lo reconocen por su icónica narración en la señal abierta de televisión para Colombia de la agónica anotación de Freddy Rincón en el 1-1 ante Alemania en el Mundial de 1990, el bogotano ya cuenta con una extensa trayectoria profesional a sus 71 años.

Pero su vida profesional empezó muy alejada de los micrófonos, pues según contó en ‘Día a Día’ —programa al que fue invitado este viernes—, tuvo diferentes trabajos antes de entrar al medio del periodismo.

Cuáles fueron los emprendimientos de William Vinasco

El primer trabajo que tuvo el comunicador estuvo relacionado la con comida, ya que contó cómo pudo ganarse un lugar dentro de una feria para ofrecer perros calientes.

“Resulta que fui a Corferias y sorteaban la adjudicación internacional de los restaurantes y por suerte me correspondió en la entrada del pabellón de Venezuela y tuve un carrito de perros y hamburguesas. Al mediodía me ponía a mostrar lo apetitosos que eran, relató en el programa de Caracol Televisión.

Según Vinasco, él mismo se encargaba de promocionar los perros y gracias a ese trabajo pudo reunir unos ahorros para montar su segunda iniciativa comercial.

“En esa misma feria, en el pabellón de Italia, me compré una máquina de lavandería […]. Coloqué la máquina en Unicentro y en dos barrios de Bogotá: Chapinero y Nicolás de Federmán. Coloqué una imitación de máquinas y la gente llevaba su ropa allá. Ese fue quizá mi primer emprendimiento en serio”, agregó en el mismo medio.

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Pero allí no quedó todo, pues antes de entrar a trabajar en emisoras se le midió a conducir taxi en Bogotá y Cali.

“Tuve un taxi. Rubiel Valencia Cossio, director del Intra [Instituto Nacional de Transporte], me adjudicó una licencia para un taxi y conseguí un Fiat polski 75 y [después] con ese compré un [Chevrolet] Dos Dar. Yo hacía carreras de Bogotá a Cali porque mi mamá estaba viviendo en Cali”, indicó el narrador.

De acuerdo con su relato, en esos tiempos no había terminal de transportes y él se ubicaba en un punto donde se hacían todas las flotas para conseguir viajeros que pudiera transportar.

“Después de terminar la emisión de las 10 de la noche del noticiero me iba para allá, abría la puerta del carro y decía: ‘Sale para Cali, Cali, Cali’”, concluyó.